La Plata y Ensenada se revolucionan por los “dedos” creados por una pareja que pasó una particular situación en la pandemia. Allí germinó la idea.
“Nuestro proyecto comenzó durante la pandemia, con la necesidad de tener un ingreso extra, y también para poder tener una distracción del encierro”, cuenta Florencia a LAPLATA1.com.
Estuvieron 6 meses encerrados: “Yo soy una persona trasplantada y el covid nos llevó a estar encerrados casi por 6 meses sin ver a nadie más que a mi esposo Juan y mis dos hijos, Valen y Juan Cruz. Este proyecto nos trajo esperanza y distracción para esos momentos duros”.
Así fue que compraron la primera impresora. Florencia revela que su pareja se da maña para todo. Aprende muy rápido. Se la pasaron viendo infinidad de tutoriales: “Al principio solo hacíamos cosas para nosotros y para nuestra familia y con el tiempo fuimos mejorando, aprendiendo y los buenos comentarios nos impulsaron a crear nuestra página de Facebook e Instagram”.
“Para nosotros es muy importante que nuestros hijos aprendan a generar sus propios ingresos y no tengan que depender de un sueldo el día de mañana. Seguimos peleándola día a día para entregar productos de calidad y diferenciarnos del resto. Este proyecto nos unió más como familia”, dice Flor.
Sobre ese complejo momento de encierro, recuerda: "Los 6 meses fueron complicados sobre todo por convivir con la incertidumbre de cuándo llegaba una vacuna y en qué momento podríamos volver a ver a nuestra familia”.
“La idea de la impresora la tuvo mi esposo Juan; a él siempre le interesó que los chicos estén muy conectados con la tecnología, con todo lo nuevo. Sin sobrarnos nada, siempre fuimos una familia de clase media que apunta a que nuestros hijos tengan más oportunidades que las que tuvimos nosotros”, agrega.
Y sigue tirándoles flores a Juan: “Es un hombre muy detallista y siempre aspira a buscar la perfección y entregar productos de calidad. Él sabe hacer de todo: reparar el motor del auto, la electricidad, la construcción de la casa, y pintar una figura. Creo que ese fue nuestro secreto para salir adelante: la perseverancia y empuje que tienen Juan y que nos contagia a todos hasta en los peores momentos”.
En ese marco, sobre las impresiones de dedos, cuenta que tarda aproximadamente 7 horas. Varía según la calidad: “Nosotros priorizamos la prolijidad a la velocidad”. Y cierra categórica Flor: “El mundo de la impresión 3D, sin ninguna duda, es el futuro”.
