A medida de que se acercan las elecciones, se incrementan las presiones para que Larreta y Bullrich exterioricen con mayor precisión cuáles serían sus medidas económicas en el caso de ganar las elecciones.
Desde hace algunos meses, las fundaciones que representan a los diferentes partidos de Juntos por el Cambio se vienen reuniendo para elaborar la base programática. En materia económica, las espadas más importantes son Luciano Laspina (cercano a Bullrich), Hernán Lacunza (Larreta), Guido Sandleris, Eduardo Levy Yeyati (UCR) y Santiago Montoya (Pichetto).
Pero la realidad es que todavía no "baja" un discurso unificado a los precandidatos. En 2021, Larreta pidió ir contra los monopolios para bajar la inflación. Días después, por presiones internas, tuvo que retractarse y aclaró que en realidad la principal causa de la inflación era la emisión monetaria.
A Patricia Bullrich le sucedió algo similar hace pocos días cuando se conoció la inflación de febrero de 6,6%. Decía su tuit: "Existen distintos tipos de inflación: por costos, por expectativas, por demanda, por emisión, por puja distributiva, por problemas estructurales. Lo único cierto es que la de febrero fue de 6,6% y la interanual de 102,5".
Desde el mundillo halcón y liberal salieron fuertemente a criticarla. Su explicación inflacionaria "multicausal" se asemejaba a la de Martín Guzmán. Finalmente borró el tuit.
Larreta parece más cercano a la idea de que la inflación es multicausal. De hecho, asegura que no hay "una receta mágica" y metió en la licuadora diferentes cosas que hay que hacer para reducirla. Para que nadie se enoje, ahora dice que "hay que parar de emitir", y luego agrega que deben aumentar las exportaciones y hacer un "acuerdo de precios y salarios sentándose todos en una mesa". Esta última noción genera hurticaria en el sector halcón y liberal. Es extraño porque Lacunza, su principal consejero, no menciona nunca esta salida a la inflación, sino que hace foco principalmente en lo fiscal y monetario.
Bullrich, en una reciente disertación con dirigentes y simpatizantes liberales, fue más precisa sobre la dimensión del proceso de baja del gasto público: dijo que el tamaño del gasto debería pasar del actual 42% del PBI al 23%, que es el valor histórico argentino previo al 2005. Llegar a ese nivel significaría eliminar las moratorias, eliminar todos los subsidios a las tarifas de servicios públicos, recortar en la planta estatal, y privatizar las empresas públicas. Con esas medidas posiblemente se alcance el regreso al 23% del PBI.
Con el cepo hay un tenso acuerdo. Pero faltan explicaciones. Ambos dicen que sacarían el cepo e irían a una unificación cambiaria. Para Bullrich sería algo inmediato. Habla de terapia de shock. Larreta da más rodeos y prefiere decir que ese proceso se daría en el marco de un "programa integral".
En realidad, Larreta vuelve a la idea de "programa integral" cuando le preguntan si eso significaría devaluar la moneda. En sus últimas intervenciones, evitó contestar y huyó hacia otro tema. La idea de devaluar parece un concepto prohibido para él. Claramente salir del cepo llevaría a una devaluación de la cotización oficial, hoy llegando a los 210 pesos. Además, si su objetivo es incrementar las exportaciones, tener un tipo de cambio más alto parece condición necesaria.
Prat Gay no está tan seguro de eso. Recientemente señaló que no se iba a poder salir del cepo tan fácilmente como en diciembre de 2015. Allí hay un tema que ni Larreta ni Bullrich tocan: si de devalúa la moneda, subirá muy fuerte la deuda en pesos del Estado dado que los bancos acreedores tienen instrumentos que se ajustan por tipo de cambio. De allí la bronca de Juntos por el Cambio con Sergio Massa por los bonos que otorgó a los bancos: salir del cepo será un camino muy empantanado.
no emitir, exportaciones, acuerdo de precios y salarios.
