Claudia es profesora de educación física y a lo largo de su vida se fue formando hasta encontrar lo que en realidad quería hacer. En eso, realizó el curso de Acompañante Terapéutica y es eso, lo que le abrió las puertas a un mundo nuevo.
A su vez, es madre de Gonzalo de 23 años, quien tiene síndrome de down. Por eso, desde hace muchos años ella quería hacer algo para que en un futuro él tuviese un trabajo, que le quede un emprendimiento para manejarse en la vida.
Luego de diferentes intentos, en septiembre de 2022 tuvo la oportunidad de empezar a hacer fiestas inclusivas. Y en conjunto con otras personas que tienen hijos con discapacidad, fueron armando la idea. Organizaron, y a lo largo de tres fiestas, decidió incorporar a una compañera de estudio, Marina, con quien coinciden en muchos sentidos, y no dudó en unirse.
De este modo, lograron hacer un espacio donde, "los chicos tengan un lugar de pertenencia, que salgan a bailar, se diviertan y compartan", contó Claudia, y agregó: "El objetivo es fomentar su autonomía y autogestión".
Así es que Claudia empezó a incorporar a Gonzalo en su labor: "Se encarga de vender las entradas y repartir los números de los sorteos que relizan dentro de la fiesta", contó. Y expresó que se volvió lo que realmente quería que fuera: "Un proyecto familiar, donde él colabora incluso en el armado y decorado de cada fiesta".
Ante esto, mencionó: "De a poco le voy brindando espacios para que se desenvuelva en las fiestas, dentro de lo que él puede hacer obviamente".
Estas colegas, que se convirtieron en amigas, luchan por los derechos de las personas con discapacidad, para que se cumplan cosas simples como el cupo laboral, y en eso, intentan ayudar siempre "haciendo que intervengan quienes tienen que hacerlo", y asesorando a las familias.
"Con muchas ganas de crecer y realizar muchas cosas más. Es un granito de arena para que los chicos tengan su lugar, y hoy en día saben que una vez por mes tienen una salida programada" afirmó Claudia.
SOBRE LA FIESTA DE LA ALEGRÍA
La fiesta, indica Claudia, es "la cara visibile de todo lo que sucede por detrás", porque en ese lugar, Marina y ella tratan de brindar información, contención y ayuda a los padres y familiares de personas con discapacidad. "Todo lo que nosotras como ayudantes terapéuticos podramos llegar a realizar o gestionar incluso, con los organismos públicos, lo llevamos adelante a través de esos espacios".
"La fiesta es también para las familias, y es allí donde se juntan a charlar, compartir y hacerse conocidos. Funciona como una red de contención y apoyo, donde a través de estas juntadas, después salen a diferentes lugares y se hacen amigos", sostuvo la AT.
Asimismo manifiesta que muchos de los chicos que participan viven en hogares o en centros de día, y van acompañados por los equipos técnicos del lugar. Y esto se tiene en cuenta incluso, hasta para poner costos en lo que venden: "Se implementan combos de precios económicos para que todos tengan la misma posibilidad de acceder a tomar algo, y la idea es que sean lo mas independientes posible dentro de la fiesta".
Por su parte, informó que la realizan los domingos de 18 a 22 horas, en Buena Vista: momentos únicos, ubicado en 51 entre 18 y 19. Y pueden ir personas desde los 14 a los 55 años, con la compañía de familiares o acompañantes terapéuticos, “el margen de edades de las personas que concurren es amplio y está abierto a todas las personas en situación de discapacidad porque incluso, se piensa hasta en que la accesibilidad sea buena”.
Además, indicó que siempre brindan sorpresas distintas, sea temática o como la que van a realizar en abril, donde un determinado número de participantes, mostrarán sus talentos.
Fotografías: gentileza de Juan Manuel Scateurchio @juanmascat
