Coleccionistas y oportunistas aprovechan diferentes “rarezas” o “imperfecciones” en billetes y monedas para hacerse de unos mangos no menores.
Un joven halló recientemente un billete de 1.000 pesos muy particular en La Plata. Consultó en redes sociales qué botín podría juntar por su venta. ¿Podrá conseguir a alguien que le retribuya de manera millonaria?

Se trata de un billete con exceso de tinta y con un “interesante” número de serie. “Es un lindo número”, se entusiasmó el joven: 33333301.
“Es muy difícil encontrar billetes con numeración especial como en este caso”, le replicó una joven entendida en el tema.
No es el único rebusque que existe con billetes y monedas. No son pocas las personas que compran monedas de 5, 10, 25, 50 centavos. Usan el bronce y plata. Naturalmente ya no tienen ningún valor de curso legal. Producto de la inflación, indudablemente se dio un interesante fenómeno: el material con el que estaban hechas las monedas excedían cómodamente a su valor de cambio.
También, no son pocos los que aprovechan para pescar errores de impresión en las monedas. Los coleccionistas pueden pagarlas por un valor muy alto. En las redes sociales florecen esta clase de grupos. ¡A revisar en casa!





