

Una insólita situación se dio en un chat de estudiantes de la Facultad de Derecho de la UNLP. Uno de sus protagonistas decidió compartirlo en sus redes sociales. Aún no puede salir del asombro por la respuesta que recibió.

“Estas minas existen en serio”, arrancó diciendo el joven, de nombre Nazareno.
ÉSTAS MINAS EXISTEN EN SERIO JAJAJAJA
— Nazareno Obregón Nieva (@RenoNieva) May 22, 2023
Estaba hablando con una compañera de cátedra de Introducción al Derecho y le dije de estudiar juntos. La mina flasheo chamuyo y me mandó su lista de... requisitos ?
Perdón por la puteada pero nadie insulta a mi perrita hermosa (Athena) pic.twitter.com/wl4MICzFi8
“Estaba hablando con una compañera de cátedra de Introducción al Derecho y le dije de estudiar juntos. La mina flasheó chamuyo y me mandó su lista de... requisitos”, explicó.
En el chat se puede leer cómo fue avanzando este desopilante malentendido. “¿Cómo te ves para el recuperatorio de Intro?”, había preguntado inicialmente la joven.
“Bien, creo. Tengo que repasar las opiniones de los autores que es la parte más paja. Si tenés ganas, nos podríamos juntar a repasar en la biblioteca, Baxar o en el McDonald de 7. Me es más sencillo repasar haciéndolo tipo ping pong. Lo propuse en el grupo pero no me dieron bola”, replicó el chico. Hasta ahí nada raro.
Pero la joven rumbeó para otro lado y entendió que se trataba de un “lance”. “Ay no, perdón pero no. Para que yo salga con alguien tengo como un estándar, viste. Bancá que creo que tengo la lista por acá”, señaló sorpresivamente. A los cinco minutos efectivamente le mandó un listado de requisitos: entre ellos medir más de 1.80 metros, oler a perfume siempre, manos grandes, ir al gimnasio y ganar más de 100 mil pesos por mes. Encima, al lado de cada requisito, la joven fue evaluando si Nazareno lo cumplía o no. La mayoría no.
“¿Es en serio?”, atinó a decir el joven. La situación se viralizó y se llenó de comentarios. La joven lo cruzó por haberlo hecho público, más allá de que él nunca dio nombres.
“Le escribí para que se quede tranquila de que no la iba a escrachar ni nada, por la viralidad que tuvo el tweet. No quería que le dé un ataque de nervios o algo así. Bueno, lejos de arrepentirse, se puso agresiva, me trató de ofendido y la bardeó a Athena (la perra) de nuevo”, explicó Nazareno. Un segunda conversación mucho más picante y hasta con amenazas.