Vino de Colombia a La Plata por tierra y sin dinero, bailó en 8 y 50, colapsó y salió de una internación: "Nunca lo imaginé"

Julián tiene 38 años y cuenta su increíble historia. Casi queda en la calle y ahora quiere romperla como actor
Sociedad 31/05/2023 . Hora: 11:55
Vino de Colombia a La Plata por tierra y sin dinero, bailó en 8 y 50, colapsó y salió de una internación: ”Nunca lo imaginé”
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Julián tiene 38 años, nació en Colombia y ahora vive en La Plata. Tiene una historia impactante y la cuenta a LAPLATA1.com: pasó de una “burbuja” de comodidades a estar tres meses internado en Melchor Romero.

“Yo soy actor, profesor. Vine siguiendo un sueño. Siempre había querido estudiar Historia del Arte. Era una meta que tenía desde hacía mucho tiempo. Es mi vida, mi pasión”, recuerda.

DENGUE PBA

“Un poco de casualidad me encontré con las inscripciones de la UNLP, y se me dio por fisgonear y chusmear cómo era la educación en Argentina, y vi que había 115 carreras, y entre esas estaba Historia del Arte. Entonces me animé”, agrega.

Arrancó de forma virtual. Era el momento de la pandemia. Julián tenía un trabajo estable y todo le cerraba. Pero cuando empezó la presencialidad tuvo que tomar una drástica decisión: renunció a todo y se vino para La Plata. Era su sueño.

MOSQUITO MLP

Pero el camino fue durísimo. Tuvo problemas con su pasaje y quedó vedada la posibilidad de que pueda llegar en avión. Perdió muchísimo dinero. Pero no dio marcha atrás. Activó un Plan B: el viaje por tierra. Atravesó Ecuador, Perú, Bolivia y toda la Argentina hasta llegar a la Ciudad de Buenos Aires.

HIPICO RODA

“Yo en Colombia tenía un trabajo estable, mi casa propia. Pero era una oportunidad de cambiar de ambiente, de cultura, de país. Había venido de vacaciones en el 2006 y me había gustado”, señala.

“Los ahorros los había gastado en el pasaje de avión. Tenía poco dinero”, cuenta Julián. Fue una verdadera expedición. No sabía cómo viajar desde Capital Federal hasta La Plata. Compró una SUBE, la cargó y se vino en tren.

Ingenuamente, creyó que el albergue universitario tenía habitaciones disponibles. Sobre la marcha se enteró de que todo era vía inscripciones. ¿Y ahora, dónde dormir?

Fue a un reconocido local de hamburguesas para aprovechar el WiFi y empezó a escribirle a sus amigos. Una de sus amigas se puso en contacto con un chico que vivía en La Plata. Fue un salvador: le pagó la noche en un hostel.

“Se llama Lucas y se lo agradezco de todo corazón. No lo conozco en persona”, subraya Julián.

Al día siguiente, obviamente, surgía el mismo problema: dónde habitar. Estaba todo caro y ocupado, recuerda. Pero finalmente lo dejaron quedarse durante esa semana en el hostel. Allí pudo conseguir un trabajo y de a poco fue saliendo.

Junto a una compañera hasta se pusieron a bailar en la calle para sacar algo de dinero. En 8 y 50. Duraron dos días. Se les dañó el parlante y nunca pudieron repararlo: “La gente nos tomaba muchas fotos y nos ponían billetes. Pero solo pudimos hacerlo dos días”.

El cambio de 180 grados en su vida le pasó factura. Eran muchos cambios. Demasiados. “Colapsé”, sintetiza. Estuvo tres meses internado en el Hospital de Melchor Romero.

“Ahí me ayudaron muchísimo porque yo estaba prácticamente en situación de calle. Y fue todo gratuito. Es algo que todavía agradezco. Fue muy sorpresivo”, dice.

Hoy da vuelta la página. Trabaja como actor y brinda talleres de danza. Por supuesto todavía la pelea en lo económico. De hecho, en los últimos días sufrió la rotura de su estufa y hoy pide ayuda para conseguir alguna y sortear las dificultades del invierno platense.

Los argentinos son muy amorosos, no son xenófobos, y han sido muy especiales. Viven el día a día. Allá, en Colombia, es todo más planificado. Extraño mucho a su familia pero lo estoy disfrutando. Se están abriendo muchas puertas en lo actoral. Es una experiencia maravillosa, aunque con altibajos emocionales y económicos”, señala.

Y cierra: “En Bogotá estaba en una zona de confort, en una nube. Cambiar de realidad me lleva a pensar en qué somos como humanos y cómo estamos destinados a hacer algo que no pensamos. Nunca hubiera imaginado estar ahora en La Plata”.

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