Yami tiene 26 años, es de La Plata y desafía a un viejo lugar común: se lleva perfecto con su ex suegra.
No solo que se llevan muy bien, sino que también ahora trabajan juntas amasando y cocinando empanadas.
Ambas hicieron el curso de cocina. En realidad el proyecto lo inició su ex suegra. Como no tenía un lugar donde cocinar lo cerró, y recientemente se la jugó de nuevo, solo que ahora con la ayuda de Yami.
En diálogo con LAPLATA1.com, Yami dice que le encantaría vivir de la gastronomía. No tiene un trabajo fijo. Y guarda una sorpresiva “doble vida”: los fines de semana es “patovica” en La Plata.
“Con Ana, mi suegra, me llevó muy bien. Me ayuda muchísimo tanto con el nene como en la vida”, dice la joven de 26 años, de Villa Alba.
“Hoy hago esto para poder pagar las cuentas. Me encantaría vivir de la gastronomía. Sé que es difícil porque las cosas en el país no son fáciles, pero es un sueño”, señala.
Y sobre el problema de los precios y los costos, Yami no negocia: “Uno tiene que hacer valer su trabajo. Entiendo a la gente, pero no te puedo bajar tanto el precio si es mi mano de obra”.
