No fue una jornada más para Rodrigo Rey en 60 y 118. Es que el santafesino, por primera vez, volvía al Juan Carmelo Zerillo luego de su salida de Gimnasia, que quedó envuelta en un momento de mucha inestabilidad deportiva e institucional, en plena salida del gobierno de Gabriel Pellegrino. El golero nacido en Las Parejas experimentó, sin dudas, una velada muy particular, con distintos sentimientos transmitidos por parte del pueblo albiazul. Una vez finalizado el cotejo, habló en zona mixta y se refirió a esto.
"Es muy lindo jugar en esta cancha. Viví cosas muy lindas acá y siempre me tuvieron respeto. Me llevo cosas muy lindas, todos vinieron a saludarme. Eso es lo que vale", destacó, en primer lugar, en diálogo con los medios "Triperos", acerca de cómo se sintió. Indudablemente, entonces, el amor fue lo que predominó en la noche, de parte de toda la parcialidad albiazul. Fue la expresión que reinó apenas salió al campo de juego para realizar los movimientos precompetitivos.
Pero como siempre ocurre, con el correr de los minutos, el sentimiento fue fluctuando y mucho de eso tuvo que ver con el resultado. Es que el "Rojo" se imponía en la noche de La Plata, y Rey no solo se destacaba por sus atajadas, sino también porque era en parte quien "manejaba los tiempos" del partido desde el arco y "hacía su juego" obviamente para el equipo de Ricardo Zielinski.
Eso, desde ya, no fue tan cayéndole tan bien al público "Mens Sana" y mucho menos alguna acción que detuvo el propio Rey, tirándose al piso por dolores que acusaba. Aquello, incluso motivó que le propinaran los primeros insultos y le arrojasen algunas cosas desde la tribuna. En la salida, tras hablar con la TV, de hecho debió soportar que otros le recriminasen la actitud que tomó como referente, cuando apoyó la medida de frenar las tareas y no comenzar la pretemporada.
