La puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta traerá a la Argentina un significativo alivio en las cuentas externas y cuentas fiscales, por un millonario ahorro en importaciones y subsidios.
La primera etapa del GPNK permite una nueva capacidad de transporte de gas natural por 11 millones de m3 diarios (MMm3/d), que fueron asignados a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
Esta, a su vez, les entregará el combustible de Vaca Muerta a las generadoras térmicas a precios más bajos que otras alternativas.
Es que el costo del gas de Vaca Muerta y el transporte mediante el GPNK suman 4,50 dólares por millón de BTU, versus u$s 11,80 del carbón mineral, u$s 12,40 del gas de Bolivia, u$s 14 del Gas Natural Licuado (GNL), u$s 16,30 del fuel oil y u$s 21,80 del gasoil.
Además, el gas natural es el combustible fósil menos contaminante (0,43 toneladas de CO2 por megavatio-hora), por lo que contribuirá a sanear la matriz energética y reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
De esta forma, sumando el funcionamiento de dos plantas compresoras por 10 MMm3/d extra, el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) obtendrá un ahorro en los primeros tres años cercano a los u$s 3500 millones. Sin el gasoducto, el costo del sistema se proyecta en más de u$s 12.850 millones por año, mientras que el GPNK lo abarata a u$s 11.650 millones, unos u$s 1200 millones de alivio por año.
Medido en unidad eléctrica, el costo de la generación pasaría de 84,30 dólares por megavatio-hora a u$s 76,50, un ahorro de u$s 7,80 por MWh.
Ya a partir del invierno de 2025, con la segunda etapa del GPNK realizada (de Salliqueló, Buenos Aires, a San Jerónimo, Santa Fe) y una suma total de 39 MMm3/d de nueva capacidad de transporte, de la que 25 MMm3/d tomará Cammesa, el ahorro del sistema eléctrico ascenderá a u$s 2200 millones por año.
Así, a nivel fiscal, el próximo Gobierno enfrentará una menor presión para una suba de tarifas, ya que descenderá el costo mayorista eléctrico y, por tanto, será más chica la diferencia con lo que paguen los usuarios, que se cubre con subsidios del Tesoro nacional.
Por otro lado, teniendo en cuenta obras como la reversión del gasoducto Norte, próxima a licitarse, los 3478 megavatios (MW) de potencia eléctrica en la zona de concesión de Transportadora de Gas del Norte (TGN) recuperarán confiabilidad.
En la actualidad la falta de gas en el Noroeste Argentino (NOA) y el Centro Norte de la Argentina genera que unos 2000 MW estén sin utilizarse, porque Bolivia no entrega el combustible suficiente y hay restricciones logísticas para el transporte de alternativos.
Asimismo, la disponibilidad de gas y de energía eléctrica potenciará el perfil exportador de la Argentina, ya que en las cuatro estaciones del año podría enviar excedentes de electricidad a Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay.
La sustitución del uso de combustibles líquidos (gasoil y fuel oil) en la generación térmica expandirá también los plazos de mantenimiento que deben hacerse en las usinas, porque una hora de operación con gasoil equivale a entre 1,5 y 2 horas de generación a gas, y produce mayor desgaste en las máquinas, que deben salir de servicio con mayor celeridad.
