A horas del inicio de un nuevo campeonato oficial en el fútbol argentino, Gimnasia se prepara para afrontar la Copa de la Liga Profesional con el objetivo de sumar una buena cantidad de puntos y alejarse en el inicio de la competencia de la zona baja de la tabla anual. En ese sentido, un futbolista con altas chances de ser titular, vivirá el sábado por la tarde una jornada muy especial. Se trata de Lucas Castro, quien este fin de semana podrá volver a jugar después de mucho tiempo con la camiseta del Lobo en el estadio del bosque y buscará quebrar una marca increíble que pesa sobre su extensa carrera.
La historia del experimentado mediocampista en el Lobo es cuanto menos curiosa. Debutó el 12 de abril del 2009. En aquella oportunidad Gimnasia igualó 2 a 2 en el Monumental ante River por la novena fecha y a los quince minutos del segundo tiempo reemplazó a Mariano Messera. No eran tiempos fáciles para el equipo dirigido por ese entonces por Leonardo Madelón. Un contexto ampliamente desfavorable y la acumulación de malas campañas lo obligaron a disputar por primera vez la promoción a fin de temporada para mantener la categoría.
En ese entorno totalmente adverso, Castro ganó confianza dentro del cuerpo técnico y volvió a tener una oportunidad nada menos que en el momento más caliente de ese año: el partido de vuelta de la promoción de la temporada 2008/09 en el que Gimnasia venció agónicamente por 3 a 0 a Rafaela. El ex Racing y Catania de Italia entró cuando faltaban diez minutos en lugar de Ormeño (un cambio totalmente ofensivo de Madelón que rompió el esquema del equipo) y el encuentro estaba apenas 1 a 0.
Haber estado a la altura en una situación límite y en un plantel plagado de experiencia le permitió ganarse un lugar y consolidarse en la temporada siguiente. Jugó 35 de los 40 partidos (incluidos los dos de la nueva promoción ante Atlético Rafaela) en los que logró marcar los primeros goles de su carrera profesional: le anotó a Rosario Central y a Argentinos Juniors, en ambos casos fuera de La Plata. Ya en la campaña siguiente, la última antes de ser transferido a Racing, siguió consolidado dentro del equipo titular y mejoró su capacidad goleadora en el sprint final.
Es inolvidable su último gol para el hincha de Gimnasia. Fue en el 2 a 0 ante Huracán en el partido desempate en la Bombonera que determinaba quién jugaba la promoción y quién descendía directamente. Ya eran tiempos de despedida. Su último juego oficial en la institución sucedió días más tarde: fue el 30 de junio de 2011 en el Bosque, en la igualdad ante San Martín de San Juan que condenó al club a disputar la Primera B Nacional.
Es decir que si Castro, como todo hace indicar, suma minutos en cancha este sábado en el debut ante Talleres cortará una marca de 4433 días sin vestir oficialmente la camiseta de Gimnasia: más de doce años. A fin de cuentas, volverá a ser parte de los registros del club en los que ya tiene 68 partidos y 6 goles. Increíblemente, esos seis goles presentan una particularidad: ninguno fue en 60 y 118. En otras palabras, también este sábado tendrá la posiblidad de gritar por primera vez frente a un estadio lleno de hinchas triperos. ¿Lo logrará?