Tras el pico inflacionario de la tercera semana de agosto, provocado por la suba del 22% en la cotización del dólar oficial, en la cuarta semana del mes hubo una desaceleración que volvió a los indicadores privados a niveles similares a los de la previa a la devaluación.
En la tercera semana del mes el salto había llegado al 4%, lo que no sólo había sido demasiado para sólo siete días sino que además había redundado en un récord en la generalidad de las mediciones de las consultoras, cuyas series habían arrancado en los últimos diez años. Para la cuarta semana las subas volvieron a superar por poco el 2%, aunque para una consultora hubo una nueva aceleración.
Fue el caso del Índice de Precios del Supermercado (IPS) que realiza semanalmente el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CES), que esta vez mostró una suba de 2,5%. Se trata todavía de un alza muy fuerte y que abona a las proyecciones de una inflación rondando el 10% en agosto, tal como lo vienen previendo las consultoras en general y tal como lo que afirmó esperar el FMI en el staff report de la quinta y sexta revisión.
Sin embargo, ese número está algo más en línea con las dinámicas de subas y bajadas de los últimos meses, con semanas en las que hubo picos de 2,7%, como en la primera de agosto, y otras en las que hubo 1,3%, como en la segunda de ese mismo mes, siempre en la previa a las PASO que detonaron la incertidumbre frente al triunfo del candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, primero, y la devaluación de 18% del peso frente al dólar oficial después.
En la tercera semana del mes, en cambio, el CESO había observado una suba de 4,8%, por cierto la más alta de toda la serie del IPS, que arrancó a principios del 2015. Desde entonces, sólo en noviembre del 2019, no casualmente también en etapa electoral, se había visto un pico de una magnitud extraordinaria, aunque no tanto como la de la tercera semana de agosto: en aquel entonces había llegado a 3,7%.
También el Índice LCG (la consultora fundada por el economista Martín Lousteau) de Alimentos y Bebidas registró una dinámica de pico histórico en la tercera semana de agosto, con posterior desaceleración a un ritmo todavía muy elevado pero ya más parecido a la dinámica previa, durante la cuarta semana. La suba registrada había sido de 4,1% tras la devaluación y fue ahora de 2,3%, más parecido al 2,2% de la previa a las PASO pero por encima del 1% con el que había abierto el mes.
No coincidieron desde Eco Go: su medición semanal de alimentos y bebidas mostró un incremento de 5,8%, incluso más fuerte que el ya altísimo de 4,8% de la tercera semana del mes. Para la consultora los alimentos terminarán el mes con alza de 13%.
Aunque desaceleraron, las que volvieron a liderar las subas de los alimentos durante la semana fueron las carnes: para LCG subieron 3,9% y para el CESO 11%. Luego, los electrodomésticos, que reaccionaron con virulencia a la devaluación, tuvieron un incremento de 7,6%, aunque ya llegaron al 27,6% en el mes, superando incluso la suba del dólar.
