Motochorros balearon a un hombre en 155 entre 66 y 67. La víctima iba junto a su hermano.
Ambos avanzaban por calle 155 cuando otra moto se les puso a tiro a la altura de 64. Por casi 100 metros los sujetos hicieron varios ademanes y señas para que el conductor de la Rouser detuviera su marcha.
Intuyendo que algo malo podía suceder si frenaban, el joven que iba al volante realizó algunas maniobras evasivas y aceleró. La escasa ventaja que pudo sacar fue recortada en cuestión de segundo por los ladrones que desde la moto en movimiento le mostraron las armas de fuego que tenían en su poder.
A raíz de la amenaza, a los jóvenes no les quedó otra opción que reducir a cero la velocidad.
Inmediatamente, el acompañante descendió y tomó el volante de la Rouser. Todo apuntaba a que el episodio concluiría con los sujetos huyendo del lugar raudamente. Pero, la codicia pudo más y el ladrón acompañante dirigió sus pasos hacia el lugar en el que se encontraban sus víctimas para exigirles que entregaran sus teléfonos.
Uno de los hermanos se desprendió de su aparato. El otro, en cambio, se resistió aduciendo que no quería perder sus archivos.
La razón que presentó el damnificado prácticamente fue un insulto para el ladrón que sin mediar palabra desenfundó su arma y le disparó en tres ocasiones al joven. Luego, le arrancó el celular de la mano y junto a su secuaz, abandonaron la escena.
Desde el hospital, cuyo nombre no fue revelado por cuestiones de seguridad, expusieron que producto del ataque a balazos, el joven resultó herido en una de sus piernas. Detallaron además que, luego de ser sometido a curaciones, se encuentra fuera de peligro.
