Valeria es una artista circense que hace algunas semanas sufrió una desafortunada pérdida en una plaza de La Plata y todavía pide ayuda en las redes sociales.
En diálogo con LAPLATA1.com, cuenta cómo fue aquel triste descuido y revela su pasión por el Swing.
“Fue un regalo que me hicieron para poder laburar en eventos. No tenía puesta la mecha, entonces no se puede usar. El abanico es un elemento de fuego. La mecha es lo más caro. Ese regalo tenía para mí un valor sentimental importante. No lo había estrenado y sé que fue un regalo que costó bastante”, señala.
El descuido ocurrió en la plaza de 13 y 38: “Nos juntamos una noche a prender unos fueguitos y los dejé apoyado en el monumento. Iba cargada de cosas y me fui sin pensar mucho. Al otro día, cuando iba al taller, me di cuenta que los había perdido”.
Valeria se inició en el Swing en el año 2007 en el centro cultural y social Olga Vázquez. En el 2008 comenzó su camino como tallerista.
“Participamos y organizamos varietes, encuentros y seminarios de swing invitando artistas de otras ciudades para que se siga expandiendo, actuamos en jornadas barriales, centros culturales, plazas, marchas, jardines, como también nos presentamos en casamiento, cumpleaños o fiestas”, cuenta.
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Su amor por el Swing empezó en el 2006. Un poco de casualidad. En un viaje con amigos a San Bernardo: “Había una chica que siempre jugaba al Swing en una plaza. La iba a ver todas las noches. Cuando volví, me di cuenta que no era muy conocido en La Plata. Es una técnica del malabarismo. La realidad es que tratamos de darle la mayor visibilidad posible”.
Hoy, con su grupo Tokimeki, integran diferentes especialidades del arte circense. Poder recuperar sus preciados abanicos de fuego no sería algo menor para Valeria, que dejó su Facebook ante cualquier información.
