Semana a semana aparecen historias que retractan el espíritu solidario de la comunidad platense. En esta ocasión, una publicación en un grupo de Facebook que pedía ayuda para encontrar un valioso objeto fue masivamente compartida y gracias a ello una persona que lo halló se pudo comunicar para coordinar y devolverlo.
El protagonista de esta historia es Joa, un nene autista que padece de glaucoma congénito bilateral, lo que le genera fotofobia a la claridad. Según relató Noelia, su madre, a LAPLATA1.COM, el pequeño fue sometido a muchas cirugías ya que al no tener el cristalino le entran los rayos UV directamente a los ojos y le hace mal. Por tal motivo, utiliza unos anteojos especiales y, por ende, muy caros.
Joa debe usar los anteojos cada vez que los rayos de Sol son intensos. A su vez, se debe cuidar para una futura cirugía que le puede sacarle el leucoma central de uno de los ojos, ya que el otro se intentó salvar pero por una mala praxis quedó ciego. Para tener éxito en ese procedimiento los anteojos son claves.
Sin embargo, el viernes la familia se llevó un susto inmenso: yendo al centro terapéutico donde se atiende Joa, ubicado en diagonal 74 entre 28 y 68, extraviaron los anteojos. “Siempre nos quedamos en la esquina sentados hasta que sea su horario para entrar, ayer (por el viernes) antes de irnos me pide agua, y para tomar se saca las gafas y las agarra mi mamá (la abuela de Joa)”, relató Noelia.
“Cuando se hace la hora, mi mamá agarra su mochila y su campera y nos dirigimos al centro terapéutico, Joa entre y en media hora sale, me quedo hablando con su psicopedagoga y luego le pregunto a mi mamá por los anteojos”, continuó. Sin embargo, la abuela no tenía las gafas. Pensaron que se las habría olvidado en la esquina por lo que fueron hasta allí pero ya no estaban.
Por suerte, el día estaba nublado por lo que Joa no los precisaba en ese momento con urgencia. Una vez llegada a su casa, domiciliada en Lisandro Olmos, Noelia publicó en varios grupos de Facebook del objeto perdido. Para la alegría de toda la familia, no pasaron 24 horas que ya tenían buenas noticias.
“Hoy (sábado) a la mañana me llamó un señor llamado Martín y me dijo que su esposa Valeria y su hija encontraron los anteojos justo en la esquina donde esperamos para entrar al centro terapéutico”, señaló Noelia. Además, contó que acordaron que iban a dejar las gafas en el establecimiento para que el lunes Joa las pueda tener nuevamente.
