Días atrás, Jimena Barón compartió con sus seguidores que finalmente llegó la escapada romántica que tanto esperaba. “Nuestra primera semana solos este año. Merecida. Igual, cómo cuesta dejar al cachorro”, anunció la cantante, que se fue de vacaciones al sur de nuestro país con Matías Palleiro y dejó a Momo a cargo de su niñera.
Luego de visitar el Perito Moreno, la pareja tomó la decisión de hacer el trekking de La Laguna De Los Tres, y tras lograr tal desafío, hizo un posteo y dio detalles en sus historias de Instagram.
En la publicación, la actriz comentó: “Laguna de los 3. 3 horas para subir. 2 horas arriba contemplándola, tomando mate, comiendo un sanguche. Pulsaciones altas. La mente lo es todo. 1190 metros. 29 kilómetros caminados. Desafío cumplido”.
Y agregó: “Al día siguiente llovía pero mi compañero y yo no amanecimos cansados así que nos fuimos a escalar una montaña. Casi siempre al final de un viaje ya me quiero volver a casa. Esta vez no. Tengo la Patagonia cada vez más adentro del corazón, se me va encajando de a poco. Me llevo la cabeza repleta de imágenes imborrables. Gracias Argentina hermosa. Gracias vida, gracias cuerpo que sos una máquina! tremenda 4x4!”.
Posteriormente, explicó en detalle cómo fue la tremenda subida: “Pasamos la noche en el domo, amanecimos 7:15, desayunamos fuerte y arrancamos a las 8”.
“Al principio es bosque y uno va feliz y contento charlando aunque hay un momento de bosque bastante empinado”, comentó y agregó: “En un momento dijimos por donde pingo se subirá y nos dijeron ‘es esa serpiente que sube al lado de la nieve’”.
A medida que seguía publicando historias, la subida se tornaba más difícil: “Ya nadie hablaba con nadie y se te cruza cada tanto (mientras el corazón late fuerte que te lo escucha) el ES NECESARIO?”, escribió Jimena recordando ese momento al estar en plena montaña.
“En el último kilómetro de camino, se suben más de 400 metros”, dijo y finalizó: “Lo subimos a toda máquina que no es para nada necesario. Se puede frenar en todo momento y hacerlo con calma. El terreno permite frenar donde necesiten y quiera. No es un paseo, es un ascenso y es exigente. El premio de llegar hasta allá arriba a pata es realmente emocionante pero no es algo que pueda hacer cualquiera y tiene sus riesgos”.
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