Fiorella nació en Dolores, estudia en la UNLP y desde hace algunos días busca trabajo para ayudar a sus papás. En diálogo con LAPLATA1.com, la joven de 25 años cuenta su historia.
“Al principio tuve la posibilidad de estudiar en una facultad privada en Dolores. No sabía qué era lo que me gustaba, no tenía idea. Solo que no quería irme a otra ciudad por miedo. Pensaba que sola no iba a poder”, recuerda.
Así fue que se decidió por Psicopedagogía: “Mis papas me exigían mucho ya que estaban pagando”.
Cuando llegó la pandemia, Fiorella se dio cuenta que no era lo suyo. “No encontraba la motivación de seguir”, resume. La virtualidad tampoco ayudaba demasiado y no se imaginaba trabajando en ese rubro.
“Me costó decirle a mis papas por la culpa y más por los años que perdí”, cuenta la joven. Pero finalmente tomó fuerzas y empezó a hurgar por el mundo platense y advirtió la amplia oferta universitaria que existía.
“Sabía que estaba la posibilidad de irme a La Plata ya que mis 2 hermanas estaban estudiando allá desde que terminaron la escuela. Actualmente están recibidas, y vivimos las 3 en un departamento en una zona muy linda de la ciudad”, señala.
Fiorella se tomó unos meses sabáticos y en el 2022 llegó a la Ciudad de las Diagonales: “Sabia que me gustaba el área de salud, y me decidí por Fonoaudiología, carrera en la cual hoy llevo 3 años cursando en la Facultad de Trabajo Social”.
¿Cómo la recibió La Plata? “Podría contar muchas ventajas de estar en La Plata como aprender a ser independiente y organizarte con los tiempos para tareas de la casa, estudiar e ir a la facultad a cursar”, explica.
Al principio tuvo dificultades para ubicarse. De hecho, su propia hermana la acompañó el primer día de clases. Malditas diagonales.
“Como desventaja puedo decir que vivir de a 3 en un departamento tan chiquito se hace difícil, por el espacio. Yo siendo la última que vino a La Plata soy la que más lo siente”, reflexiona Fiorella.
“Algo que siempre recalco de estar en esta hermosa ciudad es la cantidad de actividades para hacer durante el día. Ya sea ferias, eventos, cafeterías, lugares nuevos para recorrer. Hoy en día visito a mi familia de vez en cuando. Porque la siento mi casa ya, me encanta”, pondera.
Ahora busca trabajo. Siente que debe ayudar a sus papás. Poder costear sus gastos. Dar una mano. Devolver el esfuerzo que hicieron y que ella recibió.
“Mis papas me dicen que me notan con ganas y eso es lo más importante. Sin mi mama no podría estar estudiando en La Plata, voy a estar agradecida siempre porque me dio esta posibilidad y a la vez quiero ayudarla con los gastos. Por eso es que desde hace unos meses tomé la decisión de empezar a buscar trabajo, para poder ayudar y aportar ya que se complica mucho más con la situación del país”, comenta.
Tiene experiencia en atención al cliente. Allí apunta como una posibilidad. Por lo pronto, Fiorella ya se siente una platense más.
