María Soledad Fernández, Secretaria de Salud de la Municipalidad de La Plata, viene atravesando días muy complicados: medida de fuerza con retención de tareas por parte de trabajadores del SAME y ahora se sumó una ola de mosquitos que pone en jaque su eficiencia en la gestión.
Respecto al conflicto con los trabajadores del SAME, el punto más candente tuvo lugar el pasado jueves cuando los profesionales decidieron una retención de tareas. No era algo nuevo: semanas atrás habían realizado un sirenazo para visibilizar sus demandas.
Entre otros puntos, reclamaban por insumos, salarios adeudados y la falta de nombramiento del Director.
Pero como si ese dolor de cabeza no fuera suficiente, una nueva ola de mosquitos puso en discusión la eficacia de las tareas de la Secretaría de Salud en materia preventiva.
En el cierre de diciembre, una primera ola de mosquitos generó zozobras en diferentes puntos de la ciudad, y no fueron pocas las voces que hablaron de una demora pronunciada en el despliegue de los operativos de fumigación, que son llevados a cabo por la cartera de Soledad Fernández.
Hacia la segunda semana de enero, la cantidad de mosquitos se había reducido notoriamente. Si bien se siguieron haciendo trabajos de fumigación, algunos creen que el ritmo fue inferior al ideal y que “se confió” de que no volvería una invasión como la que actualmente acecha a La Plata, con formación de nubes de mosquitos.
En ese marco, más allá de las explicaciones climáticas, también se reprocha la escasez de apariciones públicas de la Secretaria de Salud, algo que serviría para concientizar a los vecinos y minimizar los riesgos de la propagación del dengue. Esta mala semana para Soledad Fernández revela, evidentemente, que muchos funcionarios no están a la altura de la figura de Julio Alak.
