El municipio platense avanza con el objetivo de normalización de la Plaza San Martín y este miércoles los funcionarios concurrieron al mencionado espacio público para censar a los vendedores ambulantes.
“La propuesta tiene diferentes respuestas en virtud de que hay necesidades. Hay que recuperar el espacio público y potenciar el Sur de la ciudad. La idea es desplazar la venta a lugares aptos y donde puedan continuar con su trabajo”, indicó el Subsecretario de Gestión Pública Pablo Márquez.
Cabe recordar que junto a la Provincia de Buenos Aires, la Comuna evaluó la posibilidad de acondicionar un predio en el barrio Meridiano V para que los 700 vendedores de artesanías, indumentaria de segunda mano, alimentos y artículos nuevos alojados en distintos puntos de La Plata tengan la posibilidad de ejercer su labor sin comprometer la transitabilidad de los vecinos.
Según remarcó Márquez, la gente que vende ropa nueva y accesorios se va a poder alojar también en las ferias ya habilitadas. Se trata del Paseo de Compras 32, Paseo de Compras 54, Paseo de Compras 508, Paseo de Compras de 117 y 92 y el Paseo de Compras de 80.
Por otro lado, en el caso de la venta de ropa de segunda selección y de ropa usada “estamos trabajando para crear una marca propia y que puedan tener estructura de costos”. Para tal fin, indicó que siguen recolectando datos para tener un buen censo de todos los vendedores.
“Es la tercera o cuarta vez que venimos, necesitamos ponerle nombre, apellido, número de documento y ocupación a las personas para que puedan ser beneficiarios de diferentes programas que estamos configurando”, agregó, e hizo alusión a la importancia de que puedan participar de Mercados Bonaerenses y Organizar Comunidad.
Respecto al actual uso de Plaza San Martín, Márquez insistió: “Estos espacios están pensados para peticionar, festejar y construir ciudadana, y hoy están ocupados por la venta ilegal. Eso tiene que cesar. Nosotros tenemos un plan de acción y se enmarca en el estratégico desarrollo del Sur de la ciudad”.
Por su parte, Silvia, feriante del lugar señaló: “Tuve que cerrar mi comercio y esto me ayuda a terminar los años que tengo que aportar para jubilarme. Pero hay otras chicas que venden acá para el día el día, para darle de comer a sus hijos”.
En ese sentido, aseguró estar en contra de una mudanza por el impacto en las ventas: “En un lugar cerrado no es lo mismo. Este es un lugar de paso, relevante de la ciudad”.
