Dos clientes se querían llevar la última botella en stock de un exquisito vino. A Diego, el empleado del comercio, le tocó resolver el conflicto y se las ingenió para que ocurriera un final deseado e inesperado.
Un hombre entró al local con la idea de llevarse un regalo perfecto y eligió un vino exquisito. Pero la historia tuvo un giro inesperado cuando salió un momento para pensar su decisión y una mujer entró en busca de la misma botella.
Diego, con un toque de audacia, le recomendó a la clienta llevarse la botella porque el hombre "había perdido la oportunidad". Pero justo cuando ella eligió otro producto, el hombre regresó.
Entró un pibe buscando vino para regalar. Mientras lo asesoraba entró una chica. Por lo que quería el pibe le sugerí la última botella en stock de ReManija CS. Dijo “voy a ver y en un rato vuelvo”. Cuando se fue, la chica dijo quiero ese ReManija pero me da pena si vuelve. (+)
— Diego ???? ???????? (@exabogado) May 4, 2024
Al ver la situación, la mujer le ofreció la botella. Por su actitud, Diego le otorgó un descuento en su compra.
Al finalizar, el hombre olvidó sus anteojos en el mostrador y ella le avisó del olvido. Entonces, el empleado aprovechó para dar un empujoncito más y sugirió entre risas que el hombre le debía mucho a la mujer, incluso una cena.
Gracias a la intervención de Diego, los clientes intercambiaron sus cuentas de Instagram y abrieron las puertas para un romance.





