
En las últimas horas, Jimena Barón usó sus redes sociales para contarles a sus más de 6 millones de seguidores el dramático momento que vivió en el avión con el que regresaba a Buenos Aires. Cabe recordar que la artista viajó a Brasil con su hijo Morrison Osvaldo para tomar clases de surf.
“Buen día a todos, ya estamos en casa. El avión fue una batidora. Yo fila 31. La panorámica de la última fila es el típico plano del avión que cae, ¿estamos de acuerdo?”, escribió en una historia como introducción de lo sucedido.
”No me salía el padre nuestro. Ya aterrada me aferré al brazo del señor de al lado. Le pedí permiso. En un pozo del mal en donde se hizo absoluto silencio, me mandé un calmante y no recuerdo mucho más”, siguió contando sobre el momento más dramático del vuelo, en el que temió lo peor.
“Amanecí hace un rato, me escribió Ale, el remisero, que nos buscó en Ezeiza para avisarme gentilmente que no le pagué”, expresó sobre las secuelas de los calmantes. “Momo hizo su vida. Yo encontré la butaca de la cocina en la despensa y al parecer comió grisines con chocolate y ahora se hizo un ramen con leche porque es ‘picante’. Ya pagué el remís y pedí disculpas”, agregó sobre cómo se fueron resolviendo los hechos.
Por último, y respondiendo a algunos mensajes que le fueron dejando, la cantante aclaró que “seguramente esté exagerando todo pero no tanto, pues el otro vuelo que aterrizaba en Aeroparque tuvo que aterrizar en Ezeiza por turbulencia fuerte”.
“Estoy para hacer el curso de los que tienen miedo a volar si es que existen. Pasen data”, pidió para poder dejar este episodio atrás.