

Carlos y Patricia son de La Plata y a partir de la pandemia les ganó la nostalgia. Hoy, esa nostalgia también se trasladó a un ingreso económico. Todo suma.
“La idea de este emprendimiento surgió en la pandemia. Más que nada buscábamos un entretenimiento familiar por el encierro”, dice a LAPLATA1.com Carlos.
“Buscamos y buscamos, y encontramos esta consola. La compramos y nos hizo volver a nuestra infancia”, recuerda.
Él es vigilador y su señora es Técnica en Seguridad. Tienen, además, dos hijos: Alina y Axel. En la pandemia viciaron.
“Tiene muchas consolas retro en una, así que quedamos fascinados. Después se la prestábamos a los familiares y también a todos les gustaba”, señala.
Así fue como creyeron que sería una buena idea monetizar lo que generaba en su entorno: “Estábamos queriendo aumentar los ingresos, entonces se nos ocurrió alquilarla para los cumpleaños o para juntadas de amigos”.
“Los grandes se enganchan más que los chicos”, reconoce entre risas Carlos. Para expandir el negocio, sumaron más consolas: “Tenemos unas que tienen dos joystick para poder conectarla inalámbricos, y se puede jugar de a cuatro”.
¿Hubo alguna resistencia de los más pequeños a los juegos retro? Carlos rápidamente dice que no: “Se engancharon rapidísimo”.
Finalmente, Carlos subraya que la consola fue una vía de escape muy importante en un complejo momento: “La pandemia fue durísima en cuanto a lo económico y anímicamente por el encierro. No poder salir ni ver a tus seres queridos ni juntarte con los familiares a comer y reírte un rato”.