Aunque algunos prefieren mantener las historias del pasado en el baúl, otros las sacan a relucir y las mezclan incluso con el presente. Muchas de esos increíbles relatos se vuelven imborrables gracias a los que deciden no solo saber más, sino también contarlos para la posteridad.
Tal es el caso de Juan Lucas, un joven que visitó por primera vez la propiedad de su tatarabuelo platense y descubrió una historia fascinante. "No podía creer que siga existiendo", dijo a través de un grupo de Facebook donde se suelen compartir grandes recuerdos.
Lo cierto es que el viejo lugar que atrajo a Lucas se encuentra en la calle 6 y 64, justo en la esquina, y perteneció a Alonso Lucas. Allí trabajaba nada más y nada menos que un bar muy conocido en ese tiempo. No quedaron registros de ese bar, pero aún hoy en día donde la construcción se vino a menos, conserva ese aspecto.
Era un bar pintoresco y quizás clásico de la ciudad de La Plata, por los años en los que recibía a los clientes, pero un día sucedió algo inesperado. El hijo del dueño (abuelo de Lucas) se encontraba adentro del comercio cuando desde afuera comenzaron a llover las balas.
"Por temas de política de la época", dijo Lucas sobre el episodio. Y un día, se le ocurrió pasar por la esquina de 6 y 64. "No podía creer que siga existiendo, deteriorada por el tiempo pero sigue en pie". Las marcas de bala en la pared también resistieron al paso del tiempo.
"Por estas cosas amo esta ciudad, cada esquina tiene una historia distinta... 80 años después de esa anécdota, puedo verlo con mis propios ojos", dijo el joven.
La historia fue contada a Lucas por su padre, y él la compartió para la posteridad.