La Cámara Nacional Electoral de Venezuela difundió este viernes que el presidente Nicolás Maduro fue reelecto para su tercer mandato como presidente tras obtener el 51,95% de los votos, sobre el opositor González Urrutia, que obtuvo 43,18%, denuncia fraude y reivindica su victoria.
El presidente de la autoridad electoral venezolana, Elvis Amoroso, leyó el boletín actualizado con el 98% de los actas de votación escrutadas que da a Maduro 6,4 millones de votos contra 5,3 millones de González Urrutia, a quien Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Perú reconocen como ganador.
Sin embargo, aún no se publicaron los resultados desglosados, como indica la normativa establecida, debido a un "ataque masivo" al sistema".
Según este segundo balance, Maduro obtuvo 6.408.844 apoyos, mientras que González Urrutia, abanderado de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), reunió 5.326.104, en una votación en la que participó el 59,97% del censo electoral (12.386.669), de lo que se resta el 0,41% considerados como votos nulos por alguna anomalía en el proceso.
En tercer lugar quedó el diputado Luis Eduardo Martínez, respaldado por partidos tradicionales que están bajo intervención judicial, quien obtuvo un 1,24% de los votos, mientras que los otros siete candidatos estuvieron por debajo, como lo habían pronosticado las encuestadoras, que no le daban ninguna posibilidad de triunfo a este grupo de aspirantes.
Amoroso recordó que el CNE ha sufrido “ataques informáticos masivos desde distintas partes del mundo” que “retardaron la transmisión de las actas y el proceso de divulgación de resultados”, una denuncia que está siendo investigada por la Fiscalía, que señala por este caso a la líder antichavista María Corina Machado y a otros opositores.
Este boletín se da a conocer tres días después de que la PUD publicara en una página web “el 81%” de las actas electorales que demuestran, según el antichavismo, que González Urrutia ganó por amplio margen la Presidencia, lo que ha sido reconocido por países como Estados Unidos, Argentina y Perú.
Tras la denuncia de fraude, se suscitaron numerosas protestas en Venezuela que se saldan con 12 muertos -entre ellos un militar- y más de 1.200 detenidos, una situación que el Gobierno ve como un golpe de Estado, por lo que ha llamado a los cuerpos policiales y militares a extremar el control.