El grupo de Facebook “Misterios de La Plata” retomó uno de los sucesos más recordados y particulares que haya sucedido en la ciudad.
Se trata de la aparición de una imagen “imposible” en una escuela platense, que deslumbró hasta al más incrédulo. Incluso hizo correr a toda velocidad al cura de la institución para corroborar su veracidad.
Según explicaron en el grupo, que reúne todo lo que tenga que ver con el libro de Nicolás Colombo, el 28 de mayo de 1992 el barrio de Plaza Güemes se conmocionó ante la aparición de la imagen de una Virgen en el Colegio Nuestra Señora de Lourdes.
Todo empezó cuando una estudiante vio la imagen de la figura religiosa en un vidrio del aula. Apenas lo contó, toda la escuela quedó desconcertada. Sin embargo, algunas maestras ya se abrazaban y lloraban de la emoción.
En ese momento, un detalle particular no pasó desapercibido. El Padre Agustín escuchó la noticia y se lanzó a correr a toda velocidad para ver qué pasaba, pero no pudo ver nada.
Poco tiempo pasó para que decenas y luego centenares de personas se acercaran hasta la institución con el deseo de ver a la madre de Jesús.
Sin embargo, el padre no conseguía ver la imagen de ninguna manera y por más que lo intentara. Trató parándose desde diferentes ángulos y observó con detenimiento, y nada resultó. Era todo un drama: quien dedicó toda su vida a Dios, no podía ver el milagro.
Pronto empezó a circular el rumor entre los vecinos, ávidos de nuevas explicaciones. Decían que era un cura que no quería creer, que no le daba suficiente crédito a la imagen “imposible”.
De todas formas, solamente hubo que esperar un poco más. Después de cuatro días, terminó una misa y llegó a un aula vacía. Entonces la vio por primera vez: María tenía los brazos abiertos y lo llamaba.
Desde entonces, el padre Agustín la vio siempre, aunque con una postura diferente: señalaba en otra dirección. Entonces entendió que tenía que trasladarla a otro lugar, precisamente a la Gran Gruta junto al templo, tal como marcaba su primera aparición.
Desde ese momento, la escuela de 19 y 38 se convirtió en un emblema de La Loma. Hasta el día de hoy, vale la pena recordar la historia