Fabiana es de La Plata, tiene 52 años y desde hace 10 es empleada municipal Centro de Monitoreo.
Un Día del Padre, “de la nada”, según dice ella, tuvo la idea de empezar a elaborar desayunos.
“Me animé a hacerlo sin tener noción de nada. Me fue muy bien y después quise dejar”, reconoce en diálogo con LAPLATA1.com.
Allí su esposo fue una pieza clave para que ella no abandone. “Continua. Te fue bien. Ponele ganas que ya la clientela la tenés”, le decía. Finalmente le hizo caso.
“Se empezó a sumar cada vez más gente. Se corrió la bola. Siempre le ponía la mejor onda. Miraba a otras personas que hacían algo parecido como para sumar otras ideas. Creo que de la forma en que lo armo yo no hay otra persona que lo haga”, infla el pecho.
E insiste: “Trato de ponerle lo mejor. Hago los diseños en goma eva. Las etiquetas las hago grandes. Intento ser accesible con los precios. Hubo veces en que no ganaba mucho, pero me sentía feliz haciéndolo porque la otra familia se sentía feliz”.
Fabiana, por el momento, sostiene esa “doble vida”. Monitorea las cámaras de seguridad de toda la ciudad y luego se concentra en los desayunos. Quizás es un cable a tierra. Un despeje de la cabeza, además de la ayuda económica que implica.
“Hay familias que tienen dos o tres nenes y se les complica. Me ha pasado en el Día del Niño. Las cosas suben y yo trato de no excederme. Sé la situación, lo que significa ganarse la plata hoy, y hasta donde da el bolsillo de la gente”, reflexiona.
Y completa Fabiana: “Fui siempre tratando de progresar, hacer cambios, mejorar los diseños. Primero yo compraba todo pero. Por ejemplo las mini tortas y las galletitas. Pero hubo un momento en que decidí hacer un curso de repostería y ahora hago todo yo. No soy súper ducha en ese tema, pero trato de que quede todo prolijo”.