Cantaban en una facultad de la UNLP y un visitante insólito lo arruinó todo apenas abrió la boca: "No podíamos reírnos"

El gesto del inesperado oyente alcanzó para "suavizar" el alma del director. La desopilante anécdota volvió a hacer reír a muchos. Es que la llegada del "visitante" lo cambió todo
Sociedad 08/08/2024 . Hora: 19:24
Cantaban en una facultad de la UNLP y un visitante insólito lo arruinó todo apenas abrió la boca: ”No podíamos reírnos”

Aunque las presentaciones de coros suelen ubicarse en lugares privilegiados donde el oyente común no puede entrar, a veces hay excepciones que llegan a convertirse en anécdota.

Tal es el caso del coro que cantaba en una facultad de la UNLP (Universidad Nacional de La Plata), hasta que un visitante insólito llegó y lo arruinó todo apenas abrió la boca.

SHOW DEL DESAYUNO

La situación fue contada por el integrante del grupo y memorioso Carlos Salgueira, y todo ocurrió hace ya muchísimos años. Precisamente en el año 1988. Aún así, volvió a provocar la risa de unos cuantos.

Es que, según explicó, el Coro Universitario de La Plata se presentó en la Facultad de Arquitectura de calle 47 y 117, y se acomodó en un aula grande, de espalda a los pizarrones. Es que ni siquiera era un día festivo, era un día de clases, y la intención del director era promocionar al grupo.

CADENA COOL

El coro estaba conformado por más de cincuenta voces y frente a ellos estaba quien los dirigía, Luis Clemente. "Era una persona muy seria y tenía una autoridad notable sobre el grupo. Si alguno hablaba o se reía, bastaba con una mirada suya para que todos nos calláramos la boca", contó.

La cuestión es que empezaron a cantar, y el aula seguía despoblada. Terminó el primer tema y se escucharon algunos aplausos y empezaron con el segundo, pero ocurrió un imprevisto: llegó un visitante insólito.

SHOW DEL DESAYUNO

El nuevo oyente era observado por los cincuenta integrantes del coro y después de analizarlos con curiosidad se acercó al director y se paró a su lado. "Quizás hubiera sido un hecho normal, solo que ese visitante no era una persona, sino un perro", recordó Salgueira.

Claro está, al coro le causó un poco de gracia la llegada del animal, pero tuvieron que contenerse. Mientras tanto, el director Luis Clemente no se percató de la llamativa presencia hasta que estuvo a centímetros de él.

En ese momento lo miró de reojo y, fiel a sus valores, siguió con el trabajo. "Nosotros no sabíamos cómo contener la risa", contó Carlos sobre el momento. "Hasta se nos ocurrió pensar que por ahí el perrito levantaba la pata y lo 'pillaba' a Luis". Y si eso ocurría y se reían, tendrían que enfrentarse al enojo del director, por supuesto.

Pese a todos los pronósticos, el animal tuvo un instinto sorprendente: abrió la boca y quiso imitar al coro. "Era como un lamento, como si fuera el aullido del lobo", recordó. En ese momento no aguantaron más, y el gesto del animal alcanzó para "suavizar" el alma del noble director.

"Cortó la interpretación, miró al perro como diciendo 'me venciste' y sonrió". Allí fue el momento donde el coro universitario pudo explotar: todos soltaron la carcajada que tenían guardada desde hace tiempo.

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