
Este jueves se aprobó en el Concejo Deliberante de La Plata el “Plan de 1.000 cuadras” por el que los vecinos de diferentes barrios contarán con obras de pavimentación y cordón cuneta. Al término de dicha obra, deberán pagar un 30% del costo total. Lo podrán hacer hasta en 36 cuotas.

Desde la oposición, el concejal del PRO Nicolás Morzone fue uno de los que rechazó más enfáticamente este proyecto.
“No vamos a ser cómplices de ningún capricho ideológico o de algún recuerdo de otra década que nada tiene que ver con el contexto actual”, indicó, en referencia a un plan similar que había implementado Julio Alak en sus primeras gestiones.
Luego, Morzone aseguró que “muchos municipios y gobernadores están financiado obras públicas con fondos nacionales”, y pidió a las autoridades locales que traten de concertar una reunión con Luis Caputo o Guillermo Francos.
“Es un golpe al bolsillo y un nuevo avasallamiento”, agregó el concejal del PRO, que inmediatamente fue cruzado por su par de Unión por la Patria, Juan Manuel Granillo Fernández.
“Es un contexto muy difícil pero para algunos mágicamente los momentos de crisis empiezan y terminan justo cuando están los gobierno peronistas”, lanzó.
En ese marco, recordó también que el proyecto contempla que dichas obras solo avanzarán si el 70% de los vecinos está de acuerdo. De lo contrario, no se realiza ningún trabajo.
“Claramente quiere restringir la libertad de nuestros vecinos”, se dirigió a Morzone, y le reiteró que su rechazo era contradictorio. “No quiere que los vecinos elijan si quieren adherir a la norma y hacer las obras que consideran necesarias en su barrio. Me parece que es contradictorio”, siguió Granillo Fernández.
“¿Queremos libertad o no queremos libertad?”, volvió a dirigirse a Morzone. “¿Por qué no dejamos que los vecinos, si tienen capacidad contributiva y están de acuerdo con las obras, puedan elegir que se hagan?”, cerró el concejal peronista.