En La Plata, antes se daba por sentado que actuaban de noche y en barrios específicos como El Mondongo y Barrio Hipódromo. Pero sus “áreas de influencia” se han extendido a punto tal de que no hay comuna en la Región que no registre un episodio de este tipo.
Es bien sabido que a la hora de robar esta clase de hampones no tienen preferencias a la hora de elegir su víctima. Cualquiera puede caer en sus garras. Incluso los niños y los adolescentes, cuando se dirigen a la escuela o a hacer un mandado, pueden terminar convirtiéndose en blanco de estos ataques.
Justamente ayer, un niño de 11 años debió vivir en carne propia el traumático momento de ser apuntado con un arma de fuego cuando se encontraba con su papá probando su bicicleta en 69 entre 19 y 20.
Unos pocos rayos de sol iluminaban todavía el sector cuando los dos hampones se lanzaron al ataque. Luego de identificar a sus víctimas a lo lejos, aceleraron en dirección hacia ellas. En cuestión de segundos los damnificados pasaron de mantener un momento ameno a quedar bajo los designios de estos dos sujetos.




