Un amigo pintaba paredes de La Plata, le picó el bichito y ahora es el rey de los pasacalles: "Nos piden muchas 'disculpas'"

Pablo es de Altos de San Lorenzo y desde hace 10 años la rompe junto a su familia: "Esto la verdad que nos sirve en el día a día"
Sociedad 29/08/2024 . Hora: 12:31
Un amigo pintaba paredes de La Plata, le picó el bichito y ahora es el rey de los pasacalles: ”Nos piden muchas 'disculpas'”
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Pablo es de La Plata, más precisamente de Altos de San Lorenzo, y desde hace 10 años le pone color a toda la ciudad.

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Todo empezó en el 2015, exactamente hace una década. Él tenía un ingreso fijo pero no le alcanzaba y decidió incursionar con un proyecto familiar.

“Esto la verdad que nos sirve en el día a día. Tengo un trabajo estable pero esto me permite un mayor aire”, señala a LAPLATA1.com.

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En las elecciones del 2015 le picó el bichito de la curiosidad. Fue gracias a un amigo que hacía letra en los paredones. “Él me incentivó a meterme en este tema de los pasacalles”, cuenta Pablo.

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“Un día estaba en mi casa, no teníamos un buen pasar y se nos ocurrió hacerlos nosotros. Entonces compramos los materiales y decidimos hacerlos para la gente”, recuerda.

De a poquito fueron creciendo y el boca en boca fue clave. Han hecho múltiples pasacalles y banderas para clubes de fútbol infantil y distintas organizaciones. 

Lo más relevante y llamativo son los pasacalles que nos solicitan de ‘pedidos de disculpas’ tanto de hombres como de mujeres hacia sus parejas por algo que les haya pasado”, subraya.

Hubo un caso que incluso terminó con escándalo. El muchacho había solicitado colocar dos pasacalles con un “perdón” a su novia. Uno de ellos en la vivienda de ella y el otro en su trabajo. 

Pero la reacción de ella no fue la esperada. Le dio total vergüenza y suplicó que retiraran el pasacalle que había en su trabajo. Se volvió un escándalo y tuvieron que llamar a Pablo para retirarlo: estaba altísimo.

La verdad es que estaba muy alto, no era fácil y nos llamaron de forma desesperada”, cierra Pablo con alguna sonrisa. Gajes del oficio.

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