La Justicia investiga a una pareja de policías que pagaba para no trabajar: creen que formaban parte de una violenta banda de, al menos, cinco integrantes que cometían entraderas y que está sindicada como responsable de cuatro ataques en la localidad de Guernica en los que golpearon, picanearon y amenazaron a las víctimas con mutilarlos si no entregaban los dólares.
Uno de los sospechosos, también policía, estaba de baja del Comando de Patrullas de San Vicente y su novia trabajaba en la Jefatura Departamental de Presidente Perón de la Bonaerense, indicaron fuentes del caso al sitio Infobae.
La causa que investiga el fiscal Juan Cruz Concomí Alcorta, de la UFI N°1 de Presidente Perón, con la DDI La Plata y Auditoria General de Asuntos Internos, se instruye por robo calificado por cometerse en poblado y banda y lesiones leves. Se pidieron las detenciones de cinco de los sospechosos, incluso del policía que está de baja, pero la Justicia de Garantías la denegó.
Todo comenzó el pasado 17 de agosto, cuando en horas de la tarde un sospechoso amenazó a T., un vecino de Guernica, frente a un domicilio de la calle Francisco Baño. Le dijo que si no le vendía su vivienda lo iban a “robar”. Pero la intimidación siguió: “Yo las cosas no las arreglo de otra manera, los hago mierda y los cago a trompadas y balazos”.
Un día después, en ese domicilio ingresaron cuatro sospechosos armados, redujeron a tres mayores y seis chicos. T. no estaba entre ellos. Afuera, otros dos hacían de campana en uno de los vehículos en que se trasladaba la banda. La tortura recién comenzaba: los golpearon, los cortaron y les dieron descargas eléctricas. Incluso, a una de las víctimas lo amenazaron con cortarle los dedos si no entregaba los dólares.
El brutal robo duró dos horas y, mientras intimidaban a los dueños de casa, la banda hablaba por handy con dos cómplices, un hombre y una mujer. El uso de la picana con los adultos produjo un corte de luz en la propiedad y, ante ello, dos familiares de las víctimas fueron a ver qué pasaba. También los redujeron.
Uno de los dos hombres que llegó por el corte de luz, al ser reducido, generó asombro entre los delincuentes: “Este no es T.”, se dijeron entre ellos y les refirieron que buscaban a T.. Incluso, a la otra víctima que entraron a la casa a los golpes, le preguntaban: ”¿Dónde está T.?”.
“Finalmente, escaparon con celulares, 1.600 dólares y 800 mil pesos; y los adultos maniatados fueron liberados por los niños”, detallaron las fuentes del caso.
Pero era no fue todo. En la casa contigua a dónde redujeron a las víctimas, ese mismo 18 de agosto, dos sospechosos ingresaron a la propiedad y, mediante intimidación con armas de fuego, redujeron a tres adultos y dos menores. “Les dijeron que matarían a su hijo y violarían a su hija y así lograron robarles celulares y dinero en dólares y en pesos antes de huir”, destacaron las fuentes del caso.
POLICIAS LADRONES
Ante esto, el fiscal del caso ordenó siete allanamientos en las últimas horas que llevó a cabo la DDI de La Plata, con colaboración de la Auditoria General de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad de la provincia, ya que entre los sospechosos hay, al menos, tres policías involucrados.
A Lisandro C.A. y a su pareja, Rocío P., de la UPPL de Presidente Perón, les incautaron tres pistolas calibre 9 milímetros. “Se estableció que ambos efectivos no trabajaban hace 4 meses aproximadamente, y que le pagaban a su superior para no hacerlo”, confiaron y agregaron que los dos quedaron desafectados de la Fuerza. Les secuestraron además teléfonos, dinero en efectivo y un DVR, clave para el caso.
Pero no fueron los únicos policías investigados. Otro de los procedimientos fue en una casa de Presidente Perón en la que vive un agente de la Bonaerense con trámite de baja y último destino en el Comando de Patrullas San Vicente, identificado como G.M.. Su pareja también es oficial en actividad y presta servicio en la Jefatura Departamental de Presidente Perón.
A ambos se les incautó dinero en efectivo, estupefacientes, una pistola y un libro de guardia de la seccional donde trabajaba la novia de G.M.. Los dos fueron desafectados de servicio y G.M. fue imputado por los violentos robos en Guernica.
En el resto de los objetivos allanados se imputó a otro de los sospechosos por las entraderas y se secuestró una Renault Kangoo que participó en los hechos.