Sahra Wagenknecht es la líder de la alianza Sahra Wagenknecht. No es un estilo muy alemán bautizar con su nombre a su propio partido, pero esta popular dirigente de izquierda fue la gran sorpresa de las últimas elecciones regionales en Alemania.
De hecho, hoy se la ve como la única líder capaz de frenar el avance de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que ganó en Turingia y fue segunda en Sajonia en los comicios celebrados el 1 de septiembre y que muchos tildan de neonazi.
El partido, conocido por la sigla BSW (Alianza Sahra Wagenknecht, en alemán) es nuevo. Fue fundado apenas en enero de este año. Pero ella no es una “outsider”. Viene del tradicional partido Die Linke (La Izquierda). Ha sido, a lo largo de los últimos años, diputada federal, miembro del Parlamento Europeo y una importante dirigente progresista.
Sahra, un nombre heredado de la cultura persa por su padre iraní, se define como “conservadora de izquierda”. ¿Cómo es eso? Izquierda en cuestiones económicas y sociales, pero conservadora en tres temas claves en la sociedad alemana: inmigración, seguridad y medio ambiente.
Sahra Wagenknecht tiene 55 años y nació en Jena, en el Land de Turingia, en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Con un escaso oportunismo político, se afilió al antiguo Partido del Socialismo Unificado (SED, comunista), pocos meses antes de la caída del Muro de Berlín, a fines de 1989. Tenía entonces 20 años.