Luego de que el presidente Javier Milei difundiera en sus redes sociales un video que mostraba a la sociedad argentina infectada por un virus denominado como “Ku-K 12″, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, hizo un descargo respecto de los ataques que tuvieron como blanco a la oposición.
“No podemos permitir, y mucho menos naturalizar, el ataque frontal y cotidiano a la convivencia democrática”, sentenció.
A lo largo del metraje, aparecen los principales referentes del kirchnerismo marcados por una estética vinculada a un mundo post apocalíptico, en el que solo se ven construcciones en ruinas y a las personas convertidas en zombies. Bajo este concepto, se menciona que ese virus destruyó cuerpos y mentes, pero que con el paso del tiempo se habría vuelto más vulnerable al hacer referencia a las elecciones perdidas por el peronismo el año pasado.
Horas más tarde, Kicillof aseguró que el mensaje difundido por el presidente “es muy serio y grave”, por haberse comparado a la oposición con un virus. “Esta metáfora ya ha sido utilizada en más de una ocasión, y en su nombre se han cometido las peores aberraciones”, señaló al considerar que la conducta adoptada por Milei sería “preocupante”.
“No podemos permitir, y mucho menos naturalizar, el ataque frontal y cotidiano a la convivencia democrática”, apuntó el gobernador, para después remarcar que “este es un límite que el presidente se está acostumbrando a cruzar”. En línea con esto, denunció que “Milei está promoviendo un virus de odio, absolutamente incompatible con la democracia y la vida en común”, a la vez que invitó “a todos los legisladores bonaerenses, nacionales y provinciales, a expresar un enérgico repudio al video difundido”.
A modo de cierre, Kicillof se dirigió de forma aún más directa hacia el mandatario nacional y aseveró: “Milei: con la democracia no se jode”. No obstante, no desperdició la oportunidad de confrontar con el jefe de Estado y las políticas que desarrolló durante los diez meses que lleva la gestión actual al subrayar que estas solo provocarían un daño social.
En el listado que estuvo compuesto por 12 reclamos diferentes, el mandatario bonaerense recriminó que el presidente “ataca todos los derechos y deteriora deliberadamente la vida cotidiana de los sectores populares, trabajadores, jubilados y jóvenes”, debido a que sometería “a los argentinos a sacrificios y privaciones crueles e innecesarias”. Al mismo tiempo, afirmó que sus políticas promoverían “el egoísmo y un individualismo extremo”, con el objetivo de eliminar la solidaridad de la sociedad argentina.
Milei y el virus del odio
— Axel Kicillof (@Kicillofok) September 20, 2024
Es muy serio y muy grave: el presidente difundió un video en el que compara a la principal fuerza política de la oposición con un virus. Esta metáfora ya ha sido utilizada en más de una ocasión, y en su nombre se han cometido las peores aberraciones.… pic.twitter.com/k45Tng5aoY
No obstante, la demanda de Kicillof estuvo enfocada en los diferentes ataques contra la convivencia democrática que habría realizado el presidente en el último tiempo. Desde su postura como gobernador, acusó a Milei de haber lesionado los valores federales al haber agredido a los gobernadores, desconocer la legitimidad de sus cargos y desconocer los compromisos y obligaciones para con las provincias.
“Según Milei, el Gobierno nacional no tiene ninguna responsabilidad en materia de educación, salud, infraestructura o seguridad”, inculpó al explicar que, ante la falta de asistencia de Nación, el mantenimiento de estas carteras tuvo que ser afrontados por los gobernadores e intendentes. “En resumen: incumple la Constitución y fomenta la desintegración nacional”, disparó.
“Abandona completamente la educación y la salud pública, incumpliendo su deber constitucional de proteger al pueblo”, acusó al agregar que el recorte de las jubilaciones y los medicamentos para este sector sería “perverso”.
Asimismo, repudió las represiones ocurridas en las últimas manifestaciones ocurridas en los alrededores del Congreso de la Nación, el deterioro de las relaciones con socios comerciales claves por cuestiones ideológicas y el desfinanciamiento de la universidad pública y los institutos culturales.