Una jubilada de 75 años fue sorprendida por tres delincuentes en su casa de 33 entre 17 y 18.
Según trascendió, los asaltantes levantaron una pesada cortina de madera y luego barretearon una ventana para poder ingresar. Pese al ruido que hicieron con esas maniobras, la damnificada no se despertó.
Así, la mujer recién se dio cuenta de que estaba sufriendo un robo cuando los intrusos ingresaron en su habitación y encendieron la luz.
De forma inteligente, la mujer mantuvo la calma y optó por hacerse la dormida. Ni siquiera se movió cuando le sacaron los anillos de sus manos.
Posiblemente los sujetos supusieron que se encontraba en ese estado a raíz de las medicaciones que suelen tomar los jubilados para poder conciliar el sueño.
Mientras tanto, los asaltantes revisaron cajoneras, placares y cada recoveco de la finca. Buscaban dinero en efectivo, especialmente dólares, joyas y otras pertenencias de valor.
Fue al cabo de permanecer un buen rato en el lugar que, de acuerdo al reporte oficial, lograron apoderarse de “una importante suma en dólares”, cuyo monto no fue precisado, anillos y aros de oro, dos alianzas y tres armas que eran propiedad de su difunto marido. Se trata de dos escopetas y una pistola 9 milímetros.
