
Ya sea por un estudio previo de los movimientos y horarios de quienes viven en uno de los domicilios “marcados” o bien por actuar tras tocar el timbre y no recibir respuesta, esta modalidad delictiva es la que predomina últimamente en nuestra ciudad.

Según afirmó una de las víctimas, el hecho habría ocurrido en horas de la tarde y mencionó lo siguiente: “Nos habíamos ido temprano y regresé con mi dos hijos menores de edad a las 20.45 del jueves. Enseguida observé que habían barreteado tanto la puerta de reja del frente como la de madera, que es la de ingreso al interior de la casa”.
A su vez afirmaron que: “desordenaron mucho los dos dormitorios y el living. Creo que fue porque buscaron dinero, que no acostumbramos a dejar”.