El Gobierno y la CGT acordaron este lunes por la tarde revisar un punto crucial de la reforma laboral y crear una mesa conjunta con empresarios. La central obrera ratificó el apoyo a la marcha universitaria del miércoles, pero perdió fuerza el posible paro de transporte del 17 de octubre.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, recibieron desde las 17 en la Casa Rosada a una delegación encabezada por dos de los cotitulares de la CGT, Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio).
Según informó Infobae, las autoridades nacionales se comprometieron con los líderes gremiales a revisar en conjunto uno de los puntos de la reforma laboral recientemente reglamentada.
Para esto, se avanzará con la creación de una “mesa tripartita”, en la cual también estarán los cuadros técnicos del sector empresarial, para analizar, puntualmente, cómo quedará redactado el artículo sobre los bloqueos sindicales.
“Será para tratar distintos temas de modernización laboral, entre los cuales está la cuestión de los bloqueos, pero no es para resolverlo, sino para mejorar alguna posición de duda que pueda haber entre algunas de las partes”, aclaró el secretario Cordero luego del cónclave.
En este sentido, el funcionario explicó que, por ejemplo, uno de los asuntos a debatir en ese ámbito “es si puede haber una intervención administrativa de la autoridad de aplicación” en el caso de que ocurra una protesta gremial que impida el funcionamiento de una empresa.
De la reunión de este lunes también participaron José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) Daniel Ricci (FEDUN), Sergio Romero (UDA) y Roberto Fernández (Unión Tranviarios Automotor), entre otros.
La delegación de la CGT se completa con Jorge Sola (Sindicato del Seguro); Andrés Rodríguez (UPCN); Cristian Gerónimo (Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines, Seivara); Robustiano Geneiro (UTHGRA); Maia Volcovinsky (UEJN) y Luz Marina Jaureguiberry (SADOP).
No estuvieron Pablo Moyano, que rechaza el diálogo con el Gobierno, ni tampoco su padre, Hugo Moyano, quien ya confirmó que no irá a la reunión, aunque lo había hecho en la primera reunión entre los funcionarios libertarios y la CGT del 10 de abril pasado.
Además, estuvo el asesor presidencial Santiago Caputo, quien días atrás discutió con Sturzenegger para aceptar los cambios que proponían los sindicalistas para atenuar el artículo “anti-bloqueos” en la reglamentación de la reforma laboral.
Ese punto finalmente no reglamentó y así quedó desestimada la sugerencia de la CGT que implicaba derivar a la Justicia el pedido de despedir a quienes bloquean empresas, aunque en la cúpula cegetista había conformidad porque esa redacción final “no empeoró” los alcances del artículo.