Vendió el auto, quería estar con su hijo y se la jugó toda en 12 y 520: "Todavía tengo miedo"

Adriana tiene 27 años y desde hace cuatro meses decidió cumplir un viejo sueño. Es en Tolosa y un amigo fue clave para darle el empujón final. "Quería estar más tiempo con mi hijo", señala
Sociedad 02/10/2024 . Hora: 11:52
Vendió el auto, quería estar con su hijo y se la jugó toda en 12 y 520: ”Todavía tengo miedo”
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Adriana tiene 27 años, es de La Plata, tiene a su pequeño Valentino de solo 2 años, y una publicación suya desató una importante repercusión en las redes sociales.

La joven comentó que recientemente montó su propio kiosco en 12 y 520. Todo a pulmón. Tuvo que vender el auto. ¿El motivo? Poder estar más tiempo con su hijo.

SHOW DEL DESAYUNO

“Vivo sola, alquilo y decidí abrir el negocio para pasar más tiempo con él. Mucho tiempo no estaba en casa, y él pasaba de niñera en niñera. Tengo familiares que viven lejos, entonces siempre terminaba dependiendo de una niñera”, explica en diálogo con LAPLATA1.com.

Quiero criarlo. Él me necesitaba”, sostiene Adriana. Y reconoce: “Me costó, tuve mucho miedo de que me vaya mal. En realidad todavía tengo miedo”.

CADENA COOL

Su amigo Gastón fue clave. Él la incentivó. Le dio el “empujón”. “Te va a ir bien”, le insistía. Así fue que Adriana vendió el auto y se la jugó toda en Tolosa.

La joven platense ya tiene experiencia en el mundo comercial. Trabajó como chofer de UBER, también de cajera en una carnicería y hasta fue moza en Capital Federal. Tenía que viajar todos los días hasta allí.

SHOW DEL DESAYUNO

“Cuesta mucho, pero trato de salir adelante. Tengo el gran ejemplo de mi madre que nos crió sola, que luchó, y yo hago lo mismo con Valen. El tema es que a veces no se puede. No es fácil. Ahora él se acostumbró un poco más a estar acá y le abre la puerta a los clientes. A veces se aburre obviamente. Tratamos de que las horas pasen, ponemos música. Es una lucha constante de los dos”, señala.

E insiste: “Todo el esfuerzo es por él, para salir adelante, que a él no le falte un plato de comida y sea criado por su mamá. Hay que seguir y lucharla. Siempre tratando de ser positiva aunque a veces parezca que remamos en dulce de leche”.

“No me puedo enfermar porque no tengo otra persona. Laburando, todo se puede y tiene sus frutos. Lo que uno siembra, cosecha. Sé que la situación es mala para todos y también trato de ayudar a otras personas. Creo que nos falta un poco más de empatía. Aunque sea algo mínimo, la ayuda siempre sirve”, completa.

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