La Justicia declaró inimputable al llamado “Hombre Araña” de la calle Corrientes, quien había sido detenido a mediados de junio pasado tras haber ingresado por los techos a dos teatros porteños.
La decisión fue dictada por el juez Alejandro Adrián Litvack, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°37 de la Ciudad de Buenos Aires. Sobre la base de las conclusiones del Cuerpo Médico Forense, el magistrado determinó la falta de capacidad del imputado para comprender sus actos debido a su estado mental.
Según informó el sitio Infobae, el juez Litvack ordenó que el sobreseído inicie un tratamiento psiquiátrico ambulatorio bajo supervisión adecuada para asegurar su rehabilitación y minimizar futuros riesgos.
Cabe recordar que el “Hombre Araña” es una persona de 50 años, identificada como D.M. y que vive en situación de calle.
Los dos insólitos incidentes que protagonizó ocurrieron la noche del 13 de junio pasado. Primero fue descubierto en el teatro Metropolitan y luego en el Multiteatro Comafi, ambos ubicados a menos de una cuadra de distancia en la concurrida avenida Corrientes.
Esa noche, una llamada de una vecina al 911 a las 21.34 alertó sobre un hombre que se desplazaba por los techos del Metropolitan, donde se presentaba la obra “Un barco llamado Loperman”.
La función se detuvo momentáneamente cuando los asistentes escucharon gritos repetitivos: “¡Estoy acá! ¡Estoy acá!”. Instantes después, el personal del teatro advirtió de dónde provenían: era D.M. que estaba colgado de la parrilla del escenario, una estructura utilizada para mover escenografías y luces.
Efectivos de la Policía de la Ciudad llegaron rápidamente y bajaron al sospechoso. Lo notaron un tanto borracho y un poco desarreglado, a pesar de que vestía saco negro, camisa blanca, pantalón negro, zapatillas y no usaba corbata. Comprobaron que no tenía antecedentes penales. Entonces, como lo único que había hecho era llegar por los techos -porque había quedado una puerta de la azotea del teatro abierta luego de una reparación- para meterse en la parrilla del escenario, lo dejaron ir.
Sin embargo, más tarde, a las 23.23, otra llamada de otra vecina al servicio de emergencias reportó la presencia de un hombre en la azotea del Multiteatro Comafi, pidiendo ayuda para bajar.
La Policía, junto con empleados del lugar, revisó minuciosamente las instalaciones, hasta que finalmente encontraron al intruso escondido entre unas macetas en un patio adyacente a la oficina de Carlos Rottemberg, dueño del recinto.
En la oficina del empresario solo se halló el vidrio de una ventana roto y unos papeles revueltos. Al margen de eso, no se reportaron robos ni daños significativos en ninguno de los teatros.
No hubo evidencia de que D.M. haya intentado cometer un delito. Según fuentes policiales, el hombre no pudo explicar claramente sus acciones, aunque mencionó ser admirador de Rottemberg.