El viernes pasado, cerca de las 21, fue la última conexión de Whatsapp de Hernán Ferreira Duarte. Después, su teléfono se apagó y no volvieron a saber nada del hombre de 32 años que volvía a su casa después de visitar a su novia, pero nunca llegó. En las últimas horas, lo encontraron muerto y su familia desconfía de la versión oficial.
El enigma alrededor de Duarte se abrió días atrás en el camino que debía atravesar entre la casa de su pareja en González Catán y la suya, en Villa Fiorito.
En su último mensaje, el hombre de 32 años le avisó a la chica que había llegado a San Justo, donde iba a esperar el colectivo que lo llevaría hasta su barrio.
“El sábado fue el cumpleaños de nuestra madre, le organizamos una fiesta y él tenía que estar sí o sí, como todos los años”, explicó su hermano a Crónica. Pero Hernán nunca llegó y al pasar las horas sin novedades, la familia denunció la desaparición en la Comisaría 5ta de Lomas de Zamora y lanzó además una campaña de búsqueda a través de las redes sociales para tratar de ubicarlo.
En medio de la incertidumbre, la única certeza que siempre tuvo el entorno del hombre es que no se había ido por su propia voluntad y que no existía ningún tipo de conflicto que lo obligara a desaparecer. Se aferraban a la esperanza de encontrarlo vivo, pero esa ilusión se desdibujó abruptamente cuando apareció su cuerpo.
Aunque todavía no se pudo determinar cuál fue la causa de su muerte, la versión que la Policía le dio a la familia de Duarte fue que habría sido víctima de un hecho de inseguridad en el partido de La Matanza.
“Nos dijeron que corrió de unos chorros que le quisieron robar, que cruzó la calle y que lo chocó un colectivo”, indicó Isidora, su hermana, al portal La Unión. Sin embargo, esta hipótesis no los convenció. Por eso piden que se investigue y acceder a las cámaras de seguridad de la zona.