"Hay gente que lloró”: la historia del chileno que la rompe en el Tren Roca de La Plata, y admira a Charly, Fito y Cerati

Sus amigos le dicen "Koke" y hace 10 años llegó a La Plata. "Saber que puedo vivir sin un jefe es lo mejor que me pudo pasar", señala este músico chileno, que en realidad ya se siente platense
Sociedad 17/10/2024 . Hora: 11:10
”Hay gente que lloró”: la historia del chileno que la rompe en el Tren Roca de La Plata, y admira a Charly, Fito y Cerati
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

Jorge Andrés Ortiz Panoso nació en Chile pero desde hace 10 años la rompe en La Plata, más precisamente en el Tren Roca. Sus amigos, en realidad, lo conocen como “Koke”, y en diálogo con LAPLATA1.com cuenta su historia.

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“Yo quería salir de mi lugar de origen. No era una persona viajera. Solo había conocido Perú porque era un lugar fronterizo. Soy del norte de Chile”, señala Koke. Un amigo iba a estudiar a La Plata y le insistió para acompañarlo.

“Era una buena oportunidad”, dice Koke, que es un fanático de la música y tenía como referentes a Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati y el Flaco Spinelli, entre otros. Venir a la Argentina era una gran opción: “Siempre fui del palo de la música romántica y del rock”.

REINO DE LOS CHOCOLATES

Así fue que desembarcó en La Plata en enero del 2015. Tenía 27 años: “Me enamoré de La Plata. Tiene una cultura hermosa, algo que en mi ciudad no había tanto porque era pequeña”.

“Me sorprendió también la calidad humana. Por ejemplo, la cercanía de la gente, saludar con la mejilla. Es algo que une mucho a las personas. Son lazos afectivos que en otros países no hay. Eso me permitió tener otra emocionalidad con las personas. Me fue conquistando”, reflexiona.

CADENA COOL

“La Plata se convirtió en mi hogar, en mi segunda casa. Acá tengo a mi novia, a mis mejores amigos. Estoy muy contento”, agrega Koke, que desde los 12 años ya cantaba y a los 14 empezó a tocar la guitarra con sus amigos de Chile. 

“Había hecho música callejera en Chile pero no por necesidad. Era por hobbie, para divertirme. A lo sumo para juntar algo de plata para una joda. Pero acá sí tenía esa necesidad. Yo no tengo una profesión. Traje plata pero solo me alcanzaba para un par de meses. Algo tenía que hacer”, recuerda.

Nuevamente su amigo fue clave para la siguiente decisión. Viajaban en el Tren Roca y vieron a unos músicos tocando: “Mi amigo me animó a subirme a los trenes, preguntamos cómo era el asunto y empezamos”.

“Nos dimos cuenta de que podíamos juntar dinero si le poníamos responsabilidad al asunto. No lo tomé como un hobbie, empezó a ser mi trabajo”, agrega.

“Siempre trabajé como empleado, y de repente empecé a vivir de la música. Fue un cambio de 180 grados. Desde ese momento nunca más quise ser empleado de nadie. Me alcanza para pagar internet, gas, luz, la comida, el alquiler. Es cierto que no se llega a un gran sueldo porque dependes de las colaboraciones de la gente, pero preferí la calidad humana y de vida. Tengo toda la tarde libre. Es un periodo de descanso que en otros trabajos no tenés”, profundiza Koke.

E insiste: “Saber que puedo vivir sin un jefe es lo mejor que me pudo pasar. Si un día no me quiero levantar, no voy. O voy a la tarde. Me puedo levantar con tranquilidad. Yo decido. Es algo que te cambia la vida. Y encima hago música”.

“El argentino es de halagar mucho, son muy cariñosos. En mi país no pasa mucho eso. Se tiende a guardar lo que uno piensa o siente. Yo voy al tren y vuelvo con una sonrisa. La gente te felicita, te pide fotos, te abrazan, te siguen en las redes. Es un buen público. Algunos se han puesto a llorar diciendo que la canción les hizo recordar a algún familiar que ya no está, y me hacen sentir un buen artista, que estoy logrando tocar una fibra. Me hace sentir que estoy haciendo las cosas bien”, comenta.

Y completa: “No extraño Chile. Estuve 27 años en mi ciudad. Extraño a mi familia pero ahora con la tecnología siempre estás en contacto. Me siento muy cómodo acá. Es más: cuando fui a Chile en las últimas vacaciones, extrañaba La Plata y el tren”.

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