El ingeniero indio Sebin Saji logró llamar la atención del mundo al crear el lavarropas más pequeño jamás fabricado, reconocido oficialmente por el Guinness World Records.
Aunque de dimensiones minúsculas, este dispositivo es completamente funcional, capaz de realizar un ciclo completo de lavado, enjuague y centrifugado.
El lavarropas de Sebin Saji mide solo 3,25 cm de ancho, 3,35 cm de alto y 3,86 cm de profundidad. Para ponerlo en perspectiva, este tamaño la hace más pequeña que un Tamagotchi, el famoso juguete electrónico de los años 90. El Tamagotchi, un icono de la cultura digital de esa década, cabe fácilmente en un bolsillo, y el lavarropas de Saji, siendo aún más pequeña, supera esa referencia en términos de miniaturización.
New record: Smallest washing machine - 32.5 x 33.6 x 38.7 mm (1.28 in x 1.32 in x 1.52 in) made by Sebin Saji ?? pic.twitter.com/NLOPxfH2zX
— Guinness World Records (@GWR) October 14, 2024
Aparte de su tamaño, el lavarropas también es extremadamente ligero, con un peso de 25 gramos, un poco más que el peso combinado de dos galletas Oreo. Para crear y ensamblar un aparato con tales dimensiones, Saji tuvo que aplicar conocimientos técnicos avanzados, demostrando una precisión y destreza notables.
El Guinness World Records reconoció oficialmente a la creación de Saji como el lavarropas más pequeño jamás fabricado. Obtener este título no fue sencillo, ya que Guinness exige que todos los dispositivos calificados para esta categoría sean funcionales y no solo objetos estáticos en miniatura.
Para validar su récord, Saji no solo tuvo que demostrar las diminutas dimensiones del aparato, sino también su capacidad para llevar a cabo un ciclo completo de lavado, incluyendo el enjuague y el centrifugado. Este aspecto es particularmente impresionante, dado que el aparato está diseñado para manejar cargas extremadamente pequeñas, como una minúscula tela o trozos de fibras.
Así, para realizar la demostración de la funcionalidad, Saji mostró cómo añadía una pequeña cantidad de detergente y agua antes de cerrar la tapa y activar el ciclo de la lavarropas. Este proceso sorprendió al público y a los expertos en ingeniería, quienes destacaron la complejidad de hacer que un aparato tan pequeño no solo sea mecánicamente funcional, sino también eficiente.




