La situación es crítica. En gran parte de Cuba no hay luz desde el viernes tras un apagón nacional. Hubo cacerolazos en algunos barrios de La Habana y en distintos puntos de la isla, según medios que transmiten fuera del control estatal. Pero eso no es todo: ahora se viene Oscar, un nuevo huracán que impactará en el este del país para agregar más incertidumbre a una realidad agobiante.
En el Palacio de la Revolución responsabilizan al bloqueo estadounidense, vigente desde 1961, de los males que atraviesa el obsoleto sistema energético cubano por la falta de inversión y las trabas para conseguir desde combustible hasta repuestos.
La información oficial señaló que el mega-apagón ocurrió el viernes por la mañana por una avería de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, la principal de la isla y ubicada en la provincia de Matanzas (este) que provocó la caída de toda la red.
En una medida extrema, el gobierno de Miguel Díaz-Canel suspendió todas las actividades administrativas no imprescindibles y las docentes hasta el miércoles y ordenó “mantener los servicios vitales para la población” ante la llegada de Oscar al este de la isla. Al mismo tiempo, previó que el lunes por la noche restablecerá el servicio.