En el balotaje del 2023, Javier Milei pudo capitalizar prácticamente todos los votos que había sacado Patricia Bullrich en las elecciones generales.
Se trata de un maridaje muy particular. Dos públicos que, en principio, tienen pocos puntos de contacto. Siendo algo esquemático: el voto de Bullrich fue de clase media/media-alta, profesional, de los grandes centros urbanos y republicanista. Milei, en cambio, captó un voto fuerte en sectores populares, en las provincias postergadas, joven y claramente no se caracterizó por un tono institucionalista en la campaña.
Estas discrepancias culturales habían quedado selladas con dos muletillas que recorrieron las redes sociales: los votantes de Juntos por el Cambio tildaban de “virgos” a los simpatizantes de Milei, y éstos respondían con “viejos meados”. Un choque generacional y de estilos.
En medio de la recesión, ¿habrá margen para que ambos grupos vuelvan a encontrarse estratégicamente en las urnas? Una hipótesis: cada espacio tiene su propio desgaste con el gobierno. Dentro del universo de votantes libertarios puede existir un desgaste económico: bancan la “batalla cultural” del gobierno pero el bolsillo está flaco. Ya no tienen más espalda para soportar el ajuste. No comen con los tuits del Presidente.
Del lado del votante histórico del PRO, el desgaste puede venir justamente del agobio de la batalla cultural, de los gritos, del ataque a periodistas en las redes, del coqueteo con ideas rancias. No les agrada el clima belicoso. Eso sí: tienen mayor espalda económica.
Lo que a un grupo le falta, el otro lo tiene; y viceversa. Javier Milei tendrá que hallar el timing justo para alinear a esos dos elencos diversos en el cuarto oscuro.
“Veo voluntad de parte nuestra y de parte del PRO de trabajar juntos el año que viene. La sociedad lo necesita, lo requiere, la gente lo pide. Nosotros lo queremos, el PRO lo quiere, así que no hay dudas de que vamos a terminar juntos”, dijo recientemente José Luis Espert sobre el futuro electoral del PRO y La Libertad Avanza.
Para el PRO el desafío es mayúsculo. En los últimos sondeos de opinión, el partido amarillo no logra superar el 10% en intención de voto si va en soledad en la Provincia de Buenos Aires.
Por ejemplo, la encuesta de CB Consultora elaboró dos escenarios para las elecciones legislativas del próximo año en territorio bonaerense.
En el escenario 1, Unión por la Patria cosecha el 34.1%, la Libertad Avanza alcanza el 32.8% y el PRO 7.3%. En el escenario 2, con alianza, LLA+PRO ganarían con el 38.5%, dejando a Unión por la Patria con el 34.7%.