Máximo Kirchner brindó este viernes una entrevista donde se refirió a la situación interna del peronismo, y su vínculo con Axel Kicillof.
"¡No!", expresó Máximo ante la pregunta: ¿Está limando a Kicillof?. Además refirió: "En lo concreto en dónde", preguntó retóricamente y continuó: "Lo que hacen todos nuestros compañeros y compañeras en la provincia de Buenos Aires es trabajar. De hecho el gobernador manifestó su conformidad con los ministros que tiene, entonces sería muy raro".
"Se generan situaciones y contextos que tienen que ver más con mezquindades políticas que con realidades. De hecho, los compañeros que integran su gobierno están llamándolo desde la mañana; uno asiste y ayuda en lo que puede", dijo Máximo enfáticamente.
En ese sentido, Máximo Kirchner aseguró que, al contrario de lo que dicen, él no está al frente de un operativo desgaste contra Kicillof, sino que es víctima de una operación de ese tipo: “Me parece que es al revés el esmerilamiento, y es todo el santo día y el periodismo lo sabe”.
Para fundamentar su teoría, apuntó: “Los compañeros que se sumaron a los ministerios de Axel fueron a trabajar... sería bueno que uno diga, ‘me mandaron a hacer una zancadilla’, que no fue así. Yo no me manejo por resentimientos personales ni pienso la política en términos de dónde quedo yo, pero hay muchos que piensan, ‘¿dónde está mi lugar?’”.
El análisis de la relación entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof se extendió durante varios minutos de la extensa entrevista que el líder de la Cámpora le dio a Jorge Rial en Radio 10: “Todo este tema (que digan que busca desgastar al gobernador) no lo entiendo... Hay un método político del off, de operar sobre sectores del periodismo... Yo no comparto eso de andar dando vuelta por los medios todos los días”, cuestionó sin dar nombres, pero en una clara referencia a quienes rodean al mandatario provincial.
Luego consideró que con la situación económica y social que vive la Argentina, a partir de la política económica que despliega el gobierno de Milei, le parece un error distraerse con las peleas internas: “A mí nadie me escuchó hablar de listas pero uno termina embadurnado porque otros lo hacen y termina todo como una tergiversación grande... Es una pena, porque a mí me llamas por teléfono y podemos debatir horas y horas, nunca le escapé a la discusión”.
Esas palabras fueron una especie de introducción para revelar que hace unos meses tuvo una reunión con Kicillof, que luego no cumplió algo que le había prometido: “Antes de que el gobernador viaje a Italia a ver al papa Francisco nos juntamos, estaban Wado de Pedro, Mariano Recalde y Lucía Cámpora; nos esperaban para un almuerzo muy rico (Carlos) Bianco, Agustina Vila, Axel y (Andrés) Larroque. La charla tuvo idas y vuelta y el gobernador dijo, ‘apenas vuelvo de Italia los llamo’ y no llamó. Entiendo que tiene sus tareas... Si no llamó, está todo bien, no me ofendo. En cambio, hay gente que está para el sindicato de dirigentes políticos, tenían que tener un secretario general. Yo soy mucho más despojado, tenemos un objetivo que a mi entender sigue siendo el mismo y me muevo bajo esos márgenes”.