Luis Caputo pasó una semana de fiesta. El Riesgo País perforó los 1000 puntos básicos, la brecha financiera entre el dólar oficial y los paralelos es menor al 20%, se recuperaron las acciones y el Banco Central viene con un buen ritmo de acumulación de reservas en octubre.
Incluso algunas variables “reales” también le sonrieron: se espera que la inflación ronde el 3% y el viernes se conoció que el salario real creció por quinto mes consecutivo.
En medio de las disputas internas en el peronismo, Axel Kicillof salió a cortar con tanta dulzura.
“Desde que Javier Milei asumió la presidencia, en Argentina subió el riesgo de perder el trabajo, subió el riesgo de pasar hambre, subió el riesgo de que te caguen a palos por protestar, subió el riesgo de perder el derecho a estudiar, subió el riesgo de cerrar comercios y fábricas, subió el riesgo de ser abandonado por un Estado desertor”, lanzó el Gobernador.
Y completó: “Hay fiesta en el mercado financiero mientras la economía real, la de la gente, se cae a pedazos. Es nuestro país el que está en riesgo y lo vamos a defender con unidad”.
Cristina Kirchner también había cruzado la semana pasada el plan económico de Javier Milei. Lo hizo con argumentos que esbozan ex mileístas como Carlos Maslatón o Carlos Rodríguez: “Resulta que ibas a dolarizar y terminaste copiándole la tablita del dólar a Martínez de Hoz; y lo tenemos otra vez al Toto Caputo con el carry trade, donde se la están llevando en pala los sectores financieros. Pensé que los plagios solamente los hacías con los libros”.
“Dijiste que ibas a cerrar el Banco Central y terminaste pasando sus pasivos al Estado argentino con las LEFI y las LECAPS que están generando intereses mensuales por más de 2 billones de pesos y armando una bola que, cuando explote, mejor no estar cerca”, sumó Cristina.
En el gobierno creen que esa explosión monetaria no llegará. Al contrario, se entusiasman con el crecimiento de la demanda de pesos y el repunte del crédito privado.
El peronismo tendrá que organizar un discurso económico crítico consistente para el próximo año en el marco de las elecciones legislativas. Allí los libertarios contarán con algo a favor: dado el pobrísimo andar de la actividad económica en este 2024, los números interanuales del 2025 serán positivos. A prepararse: coparán con euforia las redes sociales.
Si el oficialismo logra llegar a las elecciones con el dólar domado y la inflación en un rango mensual inferior al 3%, el discurso opositor tendrá que ser más agudo, preciso y cohesionado, algo que todavía no se vislumbra en medio de los cimbronazos internos.