Sin grandes proyectos en el temario, la Cámara de Diputados bonaerense volvió a sesionar este jueves.
Sin embargo, hubo múltiples perlitas: demoras, charlas, chispas y reacomodamientos.
La sesión comenzó bastante más tarde de lo pensado y los rumores hablaban de un cruce dentro del peronismo.
Todo se habría originado por un proyecto de Facundo Tignanelli, capo del bloque de Unión por la Patria y hombre fuerte de La Cámpora, sobre el financiamiento de la Caja de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. La alakista Lucía Iañez firmó originariamente la iniciativa pero luego retiró su adhesión. En ese lapso le habrían dado a entender a la legisladora platense que no se trataba de un proyecto de todo el bloque de Unión por la Patria, sino del camporismo.
A las 14.40 cayeron los primeros diputados al recinto. Hubo una larguísima charla entre Alejandro Dichiara, presidente de la Cámara Baja con Diego Garciarena, mandamás del bloque radical del sector de Maximiliano Abad. Luego se sumó Martiniano Molina a la conversación.
Garciarena fue un hombre importante este jueves. Debutó como jamón del sándwich del PRO. ¿Qué pasó? Se redistribuyeron las bancas y quedó rodeado de legisladores amarillos: Agustín Forcheri a su derecha y Matías Ranzini a la izquierda. Sus ex socios de Juntos por el Cambio.
También Garciarena aprovechó la demora del peronista para intercambiar algunas palabras y risas con Pablo Domenichini, radical del ala de Martin Lousteau y Facundo Manes. Charla anti-grieta radical en medio de los calientes dardos por los resultados de la interna de la UCR bonaerense.
Recién a las 15.45 arribaron al recinto los diputados de Unión por la Patria, encabezados por el mencionado Tignanelli, que rápidamente tejió una conversación con Alejandro Dichiara. El camporista, en medio de la sesión, se sentó al lado de Iañez y le brindó algunas explicaciones. Fue un intercambio que no pasó desapercibido luego de lo que había sucedido en la reunión de Labor.
