Para la Generación Z, una simple cena o un café en un local abarrotado dejaron de ser opciones atractivas para una primera cita.
Las nuevas generaciones, en lugar de buscar solo un lugar para conversar, prefieren actividades que combinen entretenimiento y una experiencia compartida.
Desde talleres de pintura con vino hasta clases de cocina y manualidades, estos encuentros BYOB (Bring Your Own Bottle, o “trae tu propia bebida”) están ganando popularidad. La tendencia no solo ha captado la atención de los jóvenes, sino que también está revolucionando la industria de las citas y el ocio en ciudades como Nueva York.
“Eliminar los nervios iniciales con una actividad ayuda a que el ambiente sea mucho más relajado, especialmente cuando se incluye una copa de vino o una bebida”, comenta Valeen Bhat, fundadora del estudio de arte Private Picassos en Brooklyn, en una entrevista con el New York Post.
Bhat observa que esta modalidad no solo se ha vuelto común entre las parejas jóvenes, sino que también representa una opción accesible en una época de crisis económica, donde los precios de cenas o salidas tradicionales se han vuelto prohibitivos para muchos jóvenes.
Cada vez más locales ofrecen clases de arte, decoración de cupcakes, cerámica y otras actividades que no solo facilitan la conversación, sino que crean un espacio donde las parejas pueden compartir una experiencia de forma menos rígida que en un restaurante. Las citas BYOB, según señala la experta en citas, Bela Gandhi, permiten un “proceso de conexión menos incómodo y costoso” que se ajusta mejor al estilo de vida de la Generación Z, que prioriza experiencias accesibles y memorables.
La oferta de citas BYOB no solo se limita a las clásicas clases de pintura con vino, una tendencia que comenzó a popularizarse hace años en diversas ciudades. En Nueva York, este tipo de citas se está diversificando a una velocidad sin precedentes.
Según explica Jenny Kashanian, propietaria de NY Cake Academy, las clases de decoración de cupcakes y tortas con la opción de traer su propia bebida han cautivado especialmente a los jóvenes. En estas actividades, las parejas pueden decorar los productos y disfrutar de una experiencia culinaria en conjunto, todo en un entorno relajado y lejos de la presión de una cena formal.
Kashanian afirma que el éxito de esta modalidad responde a que “los jóvenes quieren experimentar cosas diferentes”, según declaró a NY Post. “Empezamos a añadir la opción de BYOB en nuestras clases y la gente lo amó. Ahora organizamos desde decorado de cupcakes hasta elaboración de pasta y pizza con vino o una bebida de su elección”, añade. Estos talleres también les permiten a las parejas ser creativas y descubrir nuevas habilidades en conjunto, una opción que se ha convertido en el plan ideal para quienes desean salir de la rutina o encontrar una alternativa a los clubes nocturnos.
El atractivo de estas citas no solo radica en las actividades en sí, sino en el control que otorgan a los asistentes sobre el gasto total de la salida. Las parejas pueden llevar sus propias bebidas, lo que representa un alivio económico en una ciudad donde la vida nocturna tradicional puede ser inasequible para muchos jóvenes. “He vivido en Brooklyn por 25 años, y se ha vuelto muy caro. No hay muchos restaurantes BYOB, así que creo que estos eventos donde puedes traer tus cosas te permiten ahorrar un poco”, explica Bhat, quien también destaca que este tipo de citas BYOB permiten una mayor comodidad al consumidor al decidir cuánto gastar.
Nurullah Gokdogan, copropietario de Kraft Stories en Manhattan, menciona que el “90%” de los asistentes a estos talleres de manualidades BYOB llegan en pareja, lo cual confirma que este tipo de experiencias son ideales para citas. Para él, la combinación de una actividad y la posibilidad de traer una botella de vino es una propuesta imbatible para los jóvenes que buscan una “experiencia única”. Además, con precios accesibles, este tipo de salidas suelen ser más económicas que una cena en un restaurante, un punto que ha contribuido a su popularidad en medio de una crisis del costo de vida.