Después de dos semanas de búsqueda, la policía detuvo este martes al principal sospechoso por el crimen de Gastón Altamirano, el sereno que fue asesinado de 20 puñaladas en un taller mecánico de Quilmes el 24 de octubre pasado.
“Fue Pablo”, alcanzó a susurrar Altamirano con su último aliento antes de perder el conocimiento. La referencia era para Pablo Calatayud, amigo y compañero de trabajo de la víctima, quien después de matar al sereno le robó 300 mil pesos de su pensión por discapacidad y escapó del lugar.
La primera pista firme para dar con el prófugo surgió el 31 de octubre, cuando en medio de una serie de allanamientos secuestraron dos teléfonos celulares de Calatayud, que seguía sin aparecer.
Finalmente, la suerte del presunto asesino cambió drásticamente en las últimas horas. Este martes, en un operativo encubierto realizado por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones de Quilmes y de La Matanza, lo encontraron escondido en la villa de emergencia denominada “La Candela”, en Villa Luzuriaga.
Tras ser detenido, Calatayud confesó el crimen del sereno, pero aseguró que lo asesinó a puñaladas porque estaba muy drogado y lo confundió el “pomberito”, la mítica figura del folclore guaraní.
El caso recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 7 del Departamento Judicial de Quilmes, a cargo de la fiscal Ximena Santoro.
El pomberito, también conocido como el Pombero, es una figura mítica del folclore guaraní, especialmente popular en Paraguay, Argentina y Brasil. Este personaje se describe como un pequeño hombre de apariencia rústica, con una larga barba, pies al revés y un sombrero de paja.
Se cree que habita en los bosques y las zonas rurales, protegiendo la naturaleza y las criaturas que en ella viven. Según la tradición, el Pomberito es un ser nocturno que solo sale de noche, cuando se siente más seguro y protegido por la oscuridad.
Las historias sobre el Pomberito varían de una región a otra, pero generalmente se le atribuyen características tanto benévolas como traviesas. En algunos relatos, se dice que ayuda a los agricultores y pastores, cuidando de sus cultivos y animales a cambio de pequeñas ofrendas como tabaco, miel o caña de azúcar.
Sin embargo, también puede ser vengativo y causar problemas a quienes no respetan su territorio o se burlan de él. Se cuenta que puede hacer ruidos extraños, silbar o incluso secuestrar a los niños que se adentran demasiado en el bosque sin permiso.