Luego de un mes de inactividad, la CGT realizará una reunión el próximo martes que promete una discusión entre sindicalistas. Los dirigentes del transporte exigirán a sus colegas dialoguistas que convoque a una reunión urgente del Consejo Directivo definir una continuidad del plan de lucha.
La ofensiva del transporte se producirá pese a la distensión que causó el acuerdo en Aerolíneas Argentinas: los sindicatos del sector, impulsados por Pablo Moyano, quieren disputarles a los dialoguistas (Héctor Daer, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y sus aliados) el tablero de control del gremialismo forzándolos a aceptar el debate sobre la estrategia que viene.
Luego del acuerdo en Aerolíneas, los sindicatos del transporte observan un nuevo clima, pero advierten que “los nuestro no se agota en el conflicto aeronáutico”. Entre los planteos que mantienen la lucha en el sector se encuentra la pelea contra la esencialidad declarada por el gobierno, que busca limitar el derecho a huelga.
Aunque los sindicatos aeronáuticos entraron en un período de paz con Aerolíneas y la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ya dejó la combativa Mesa Nacional del Transporte para arreglar su conflicto salarial, los líderes de esta agrupación necesitan mantener su rol intransigente y contraponerse al modelo ultranegociador de los dialoguistas, que, por el contrario, ahora quieren acelerar la creación de la mesa de diálogo tripartito con el Gobierno y los empresarios del Grupo de los 6.
“Los dirigentes aeronáuticos terminaron firmaron un acuerdo con más concesiones que las que se planteaban en las primeras negociaciones”, criticó un jefe sindical moderado a colegas como Pablo Biró, Juan Pablo Brey y Edgardo Llano, que eran renuentes a negociar con el Gobierno e incluso desecharon una oferta de mediación de un líder dialoguista para “ir por todo” en el conflicto.
Ante el desgaste interno y social por la ola de paros sin resultados concretos, la dirigencia terminó cediendo beneficios históricos que contenían los convenios de trabajo para evitar el cierre de Aerolíneas o de la presentación del Procedimiento Preventivo de Crisis. En ese sentido, los dialoguistas sienten que la marcha atrás de los aeronáuticos más duros es una suerte de triunfo para quienes marcan la necesidad de abrir canales de diálogo con el Gobierno.

Mientras tanto, el ala más dura logró la renuncia del dialoguista Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) a la conducción de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que permitió que la semana pasada asumiera al frente de esa entidad su secretario adjunto, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), un peronista clásico.
Ahora, Schmid piloteará desde la CATT y, simultáneamente, desde la Mesa Nacional del Transporte un endurecimiento hacia el Gobierno que vaya más allá de las fronteras de su actividad: sus allegados aseguraron que el martes próximo exigirá a la CGT que llame de urgencia a su Consejo Directivo para definir una estrategia más activa de confrontación. Y advirtieron que buscará reunirse con las confederaciones de gremios de energía (CATHEDA) y de la industria (CSIRA) en busca de consenso para algo que los dialoguistas de la CGT no quieren: profundizar las protestas contra Milei. El sendero hacia el tercer paro general es difuso, pero algunos quieren empezar a delinearlo.




