En el mundo del arte conceptual donde la provocación se mezcla con las cifras astronómicas, el pasado viernes quedó registrado un episodio digno de este tiempo posmoderno. En un lujoso hotel de Hong Kong, Justin Sun, el joven magnate chino-estadounidense y creador de la plataforma de criptomonedas Tron, cumplió una promesa que sintetiza el espíritu de nuestra época: devorar una obra de arte valorada en 6,2 millones de dólares.
La obra, titulada “Comedian”, del italiano Maurizio Cattelan, no es más que un plátano pegado a una pared con cinta adhesiva. Lo que para muchos sería un gesto banal, en el universo del arte contemporáneo representa un cuestionamiento a la noción misma de valor. Subastada por Sotheby’s en Nueva York, Sun adquirió la pieza, pero su verdadero acto artístico no fue la compra, sino la decisión de ingerirla ante un séquito de periodistas e 'influencers'.
"Esta realmente muy bueno", fue la reacción que escucharon en vivo y en directo los influencers y cronistas presentes en el Peninsula Hotel de Hong Kong.
La instalación es conocida entre los especialistas y también para el gran público. Se trata de "Comedian", cinta adhesiva sobre banana, obra del italiano Maurizio Cattelan. En realidad son tres bananas que el artista visual de Padova puso a rodar en 2019 y cuyas reacciones se viralizaron en un ensayo de la pandemia que vendría.
La obra conceptual debutó en Art Basel Miami en diciembre de aquel año. Allí expusieron dos plátanos, con instrucciones sobre cómo colgarlos de manera correcta. Una tercera fue obsequiada al Museo Guggenheim, en Nueva York.
La banana se hizo meme. Dividió aguas en el mundo del arte, entre quienes celebraron la obra por provocadora y por cuestionar los valores del mercado; y quienes parecieron escuchar el galope del apocalipsis. Incluso hubo acusaciones de plagio, que fueron descartadas.