Una familia de City Bell vivió un Año Nuevo atípico, que nunca olvidarán: empezó como pesadilla y terminó con un hermoso reencuentro.
Todo sucedió cuando regresaron a su casa alrededor de las 3 de la madrugada tras pasar la cena con parientes: las dos perritas se habían escapado.
“Llegamos y se habían escapado las dos perras. Encima, mi señora se había olvidado el teléfono en la casa de mi cuñado, donde ahí tenía el Facebook”, recuerda Emilio en diálogo con LAPLATA1.com.
Rápidamente empezaron a consultar entre los vecinos y dieron con una publicación de una perrita que había aparecido en Gonnet. Era muy similar a Chiqui, una de las mascotas perdidas. El problema era que la foto no tenía muy buena definición.
“Nos acercamos a la dirección pero ya no estaban los que habían hecho la publicación y los dueños de la casa estaban ya durmiendo, entonces no nos atendieron”, agrega. Ellos estaban convencidos de que era su perrita, entonces a partir de ahí se abocaron únicamente a Aika.

“Estuvimos hasta las 6 de la madrugada dando vueltas. Pasamos por lugares donde no nos robaron de casualidad. Era heavy”, cuenta sobre la odisea.
A las 11 de la mañana llegaría un baldazo de agua fría: volvieron al domicilio donde supuestamente estaba Chiqui y descubrieron que no se trataba de ella. Ahora tenían que buscar a las dos perras. Una misión muy compleja.
Recorrieron diferentes puntos de City Bell, Gonnet y Gorina. Les empezó a ganar la impotencia. “Volvimos cabizbajos, llorando, porque ahora eran las dos que estaban desaparecidas”, señala Andrea, pareja de Emilio. Ambos iban en el auto, rastreando, divisando cada metro de la zona, cada uno enfocado en una dirección.
Finalmente fue Emilio quien se topó con la hermosa noticia: vio a una de las perras. Era en una esquina por la que ya habían cruzado varias veces, a seis cuadras de su casa. Y estaban las dos juntitas.
“Terminamos los cuatro llorando en el reencuentro. Estaban angustiadas”, subraya Andrea.
“Es la primera vez que se escapan. Tenemos casa con parque, entonces no las sacamos a pasear. Evidentemente por el tema de los cohetes se pusieron nerviosas e hicieron un agujero en el tejido de alambre del fondo. No sé cómo hicieron y lograron escapar. Ahora sabemos que tenemos que tomar otros recaudos para la próxima vez”, completa Andrea.




